My dominant wolf

Me perteneces

-Es que te has vuelto loco, quieres matarla-Dijo el chico mirando a Dareck e intentando controlarlo, el cuerpo de Dareck estaba completamente rígido y su mirada se alternaba clara y oscura-Vamos colega, parece como si te fueses a transformar, es solo una chica…

-Esta maldita mujer hace que pierda la cabeza-Dijo con voz desesperada- tiene la habilidad de sacarme de mis casillas, me llena de coraje y odio, hace que a veces quiera matarla para demostrarle quien manda-Declaro en voz alta mirándome a través de su amigo, mi cuerpo estaba paralizado por la situación, ¿el…sería capaz… de matarme?, claro que lo haría, me odiaba, solo quería una perra a su lado que lo obedeciese y le calentara la cama toda las noches, pues jamás se lo permitiría antes tendría que matarme

-¡Soltadme!-Dijo en voz alta

-Pero, leader…

-Eh dicho que me soltéis maldita sea-Dijo con voz amenazante mirando a sus hombres y haciendo que estos lo soltasen de inmediato

Se volvió a acercar a mi lentamente y yo subí la barbilla con confianza, no le daría el lujo de acobardarme ante él, aunque temblase de miedo por dentro

Me jalo del pelo como de costumbre, deshaciendo un poco mi coleta y acerco su cara a la mía hasta que sentí su fresco aliento rozar mis labios

-Tú, no harás que pierda la cabeza, antes acabo contigo ¿Me entiendes? ¡Acabo contigo!-Dijo jalando con más fuerza de mi pelo, tenía tantas ganas de llorar… pero no lo haría, tenía que aguantar, me reconfortaba pensar que pronto me vengaría de él, la fuerza no era el único arma que existía –Vamos… te quedaras encerrada en tu cuarto hasta que aprendas quien manda aquí y me respetes- Dijo empujándome hacia las escaleras que subían hasta las habitaciones

-Dareck, estas seguro que…

-No le hare daño, tranquilos, tengo años de experiencia, no voy a perder el control con una insignificante mujer-Dijo fríamente.

¿Insignificante mujer?, era el peor de los hombres sobre la faz de la tierra, me hacía sentir como una basura, cuando en realidad lo era el por hablarme de esa manera, quería pegarle y destrozarle esa preciosa cara así ya no quedaria nada que me gustase de él.

-Ayudadme, por favor, no dejéis que me encierre-Dije apenada mirando a los hombres que observaban las situación sin saber que hacer

-Cállate-Dijo Dareck volviéndome a empujar para que avanzara-Ni se os ocurra inmiscuiros en esto o lo pagareis-Dijo para después llevarme hasta las escaleras arrastras pues yo me negaba a andar

-¡Camina!

-¡No!-Dije desafiante, jamás contribuiría a mi encarcelamiento

-Pues entonces te llevare yo-Dijo rodeando mi barriga con uno de sus musculosos brazos haciendo que ascendiera unos pasos sobre el nivel del suelo, mientras con el otro me agarraba las manos para que no luchara. No debí ponerme esa maldita blusa, todo mi cuerpo estaba pegado al suyo y la dura y musculosa piel de su brazo me abrasaba halla donde tocaba mi vientre y no solo porque su cuerpo desprendiese tanta calor, si no porque cualquier parte de mi cuerpo que tocaba se activaba instantáneamente, traicionando a mi razón

-Dareck por favor no hagas estupideces, suéltame, no me puedes hacer esto-dije con voz suplicante

-Lo hubieses pensado antes de ridiculizarme delante de mis guerreros, nadie puede hablarme así y menos tú y si piensas que no puedo hacerte esto te equivocas puedo hacerte esto y lo que me dé la gana-Hablo en voz alta parándose en medio de las escaleras y empujándome contra la pared-Porque tu…ME PERTENECES-Dijo a escasos centímetros de mi boca, sujetando mis brazos con fuerza contra la pared, yo gire la cara para no mirarlo, estaba tan enfadada con él por cómo me trataba y más aún conmigo misma por sentir deseo hacia ese cavernícola.

-Pues si eso quieres creer, haya tu, ¡engáñate!-Dije sin apenas voz, el me agarro por las piernas y me puso sobre su hombro para seguir avanzando hacia el cuarto

-Te odio con todas mis fuerzas-Dije golpeándole en la espalda

Cuando llegamos a mi habitación, me lanzo sobre la cama y se quedó mirándome con una mirada dominante desde el borde de esta

-Espero que aprendas la lección, cuando estés dispuesta a pedirme disculpas ante todos avísame y puede que me piense dejarte salir para que andes por la casa-Dijo con una sonrisita triunfadora y arrogante en su rostro

-Te odio Dareck y antes de humillarme ante ti me mataría yo misma, no lo dudes-Escupí con todo el odio de mi corazón

-Dicen que el tiempo puede hacer cambiar de parecer

-También dicen que encerrar a una persona en contra de su voluntad es secuestro

-No si esa persona me pertenece

-¡Pero yo no te pertenezco!-Dije alteradamente

-Eso… ya lo veremos-Soltó cerrándome la puerta en la cara y echándole la llave

Maldito, maldito y mil veces maldito, tenía que desahogarme con algo así que empece a pegarle puñetazos y patadas al colchón, lo odiaba tanto… me las iba a pagar, no sé como pero lo haría.