"Un Hilo Rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias... El hilo puede tensarse o enredarse... pero nunca podrá romperse."
-¿Cómo pudiste dejarme? Sabes el miedo...
Los seniors tomaron apuntes sobre quienes pasarían al club de natación y quien no, mientras tanto Taehyung y Sammy se acercaron a Gi-Chan, quien apenas los vio saltó emocionado a abrazarlos.
—Oh Gi, ahora estoy mojado. —Hizo un puchero que apenas y pudo mantener por la risa.
Gi-Chan se mordió el labio y le dio una palmadita. —Atrevido.
—Oye Gi-Chan, ¿Dónde está el guapo Jungkook?
—¿Jungkook? Mmm… —Miró a su alrededor. —Allá está. —Apuntó. —¿Por qué preguntas por chicos? ¿Dónde quedó la niña tierna que conocimos?
—Sigo siendo una niña tierna, yo preguntaba por Tae.
Taehyung quién estaba manteniendo miradas con Jungkook se sonrojo y comenzó a reír nervioso. —¿Qué tiene que ver él conmigo?
—¿Y lo preguntas, descarado? Vi cómo lo mirabas, ni siquiera parpadeaste. —Se echó a reír.
—Yaa, Vamos a comer.
—Está bien, cambiate y vayamos.
—¿Por qué Sammy? Ya viste este sexy cuerpo, no hay nada de qué avergonzarse.
Los menores reían ante los ojos expectantes de los mayores, quienes no pudieron evitar prestar atención a esas lindas risas. Mientras Eui-Soo y Taec-Yeon hablaban sobre las excelentes habilidades de Gi-Chan, Jungkook pasaba de todo mirando fijamente al castañito que acompañaba a sus amigos, no pudo evitar humedecer sus labios, tragó saliva sin poder apartar su visión del chico.
—Kook, Koook, ¿Qué pasa? —Preguntó Eui-Soo preocupado por su amigo.
—No pasa nada, solo me arden los ojos.
Siguió mirando y vio como Taehyung y Sammy salían del lugar, con el castaño observando hacia atrás a momentos para no romper el contacto visual.
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En la barra de centro de una pequeña cocina en un apartamento un guapo Jovencito preparaba deliciosos postres con amor y cuidado.
Los ingredientes estaban abiertos, regados por doquier, al igual que algunos instrumentos de cocina. El dedicado chico se esmeraba en llenar los pequeños vasitos, poniendo encima la deliciosa cobertura de coco.
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