"Un Hilo Rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias... El hilo puede tensarse o enredarse... pero nunca podrá romperse."
-¿Cómo pudiste dejarme? Sabes el miedo...
Las horas pasaron y las chicas se encontraban totalmente ebrias, seguían cantando y bebiendo, todo era risas y alegría, hasta que encontraron esa canción, la canción que de escucharla te hace un hueco en el corazón incluso si jamás te has enamorado, "Good bye my love" de Ailee.
No dejaron pasar la oportunidad y las dos compartiendo un mismo micrófono comenzaron a cantarla a todo pulmón, las emociones estaban a flor de piel e incluso algunas lágrimas rodaron por las mejillas de Nanno, ante la mirada preocupada de Samantha, aunque sólo era parte de la canción, cuando terminó, ambas se sentaron una vez más y brindaron otra vez.
—Los hombres son un asco. —Dijo Nanno mirando a Samantha y después comenzó a reír, era una risa resonante y burlona, pero había cierta amargura en el fondo.
—Tienes razón. —Menciono para no contradecir a su amiga.
—Ellos simplemente van por ahí siendo tan guapos, pero después se fijan en otros chicos aún más guapos, pero no los culpo, al final de cuentas me encantan esas parejas de guapos. —Sonrió sirviéndose otro tragó de Soju.
Samantha la miró y sonrió un poco, entendía lo que la menor decía, aunque algunas de las cosas que decía en este punto no tenía sentido. —Yo también lo pienso, no ven lo que tenemos que ofrecer, es simplemente triste. —Bebió un trago más y enseguida la menor la imitó.
—¿Sabes que he estado pensando últimamente?
La mayor la miró con atención.
—He estado pensando que sería mejor… —Se acercó más a Samantha, mientras esta permanecía inmóvil. —Qué las chicas estuviéramos con otras chicas.
La mayor abrió los ojos con sorpresa, tanto que incluso la ebriedad se bajó enseguida, su rostro estaba completamente rojo a medida que la menor se acercaba peligrosamente a ella, podía sentir su respiración justo en su boca, no sabía que debía hacer, pero cuando decidió acortar la distancia y acercarse más también, Nanno comenzó a reír y se retiró.
Nanno suspiró, sirvió un trago para ella y para su amiga, mientras negaba con la cabeza haciendo un extraño gesto apretando los labios, para terminarlo con una extraña sonrisa, dirigiendo su mirada a la mayor, que seguía ahí pasmada sin hacer ni un gesto. —Lo sé, es una locura.
Samantha exhaló largo mientras una lágrima corrió por su ojo derecho, dando un tragó al vasito de soju, para cuando terminó de beber dicho trago Nanno estaba ya dormida en el sillón.
Samantha limpio sus ojos y tomó el celular de Nanno, quedando así con su hermano menor, para llevarla de vuelta a casa.
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Cuando Jungkook y Taehyung terminaron de comer el día aún era joven, por lo que Jungkook propuso continuar con el paseo.
—Tae, vayamos a otro lado, ¿A dónde te gustaría ir?
