"Un Hilo Rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias... El hilo puede tensarse o enredarse... pero nunca podrá romperse."
-¿Cómo pudiste dejarme? Sabes el miedo...
En tan solo unos días Jungkook y Taehyung habían creado una nueva rutina, cada mañana a las 6:30 am el azabache se encontraba en el apartamento del castañito listo para desayunar juntos y llenarlo de halagos ante las deliciosas comidas que este le preparaba.
—Eres maravilloso cocinando. —Sonrió.
—Mi sueño es continuar con el restaurante de mi padre.
—¿Por qué elegiste economía entonces?
—Mi madre fallecida quería que estudiara esta carrera, de todas formas también me gusta. —Respondió con melancolía.
—Por cierto, ¿Cómo conoces la comida tailandesa?
—Mi tatarabuela solía cocinarla, así que las recetas han pasado de generación en generación, a excepción de mi abuela, ella no solía tener mucho tiempo para cocinar, aún así, recuerdo que cocinaba delicioso. De todas formas, no soy muy cercano a la familia de mi madre, así que no sé muy bien si tenemos parte extranjera. Pero ve mi cara, puede que sea parte Tailandes, ¿No crees? —Se acercó un poco más al menor y comenzó a mostrarle su rostro.
El corazón de Taehyung estaba palpitando con frenesí, mientras observaba al mayor, no podía evitarlo, Jungkook provocaba ese tipo de cosas en él. —Me gusta. —Mencionó sonriente.
Jungkook se sonrojo y comenzó a observarlo detenidamente. —También me gusta.
Taehyung sonrió mientras Jungkook tocaba con suavidad el rostro del menor.
—Tae, tienes una cicatriz en la sien.
—Oh eso, si, es una marca de nacimiento. Mi mamá me dijo que las personas mayores creen que las marcas de nacimiento son cicatrices de una vida pasada. Cuando veo la marca de nacimiento en mi sien, no puedo dejar de preguntarme ¿Qué habré hecho en mi vida pasada para tener esta marca?
—Decía mientras servía más comida a Jungkook, quien lo miraba seriamente, mientras el castaño iba y volvía con el plato lleno.
—Una vez mi hermano vio una película y me dijo que la razón por la que tengo esta marca es porque me pegué un tiro en la cabeza.
Cuando dijo esta última oración un recuerdo pasó por su mente, uno que lo dejó inmóvil mientras dejaba caer el plato al suelo.
Era la imagen de alguien observando a un chico que estaba junto a la mochila, con un arma en sus manos, con una mirada triste sin esperanza, tomando la peor decisión.
—Yo, lo siento. —Jaló el gatillo, dándose un tiro.
En la mente de Taehyung resonaban los gritos ahogados de aquel joven quien ignorante de lo que pasaría guardaba algunas cosas en aquella mochila.
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Jungkook se levantó corriendo y abrazó a Taehyung, mientras acariciaba su cabello dulcemente. —Tae, tranquilo, vas a estar bien. —Lo abrazaba con fuerza aferrándose cuerpo a cuerpo, tratando de calmar el llanto del menor, que reccostaba su cabeza en el pecho del contrario, con Jungkook entrelazando sus dedos con sus dedos los mechones castaños. —Tranquilo.
