"Un Hilo Rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias... El hilo puede tensarse o enredarse... pero nunca podrá romperse."
-¿Cómo pudiste dejarme? Sabes el miedo...
La noche había caído para los jóvenes soldados, mientras algunos descansaban en la tienda con catres, un chico blanco como la nieve y un castañito conversaban.
—¿Me estás diciendo que se comió el omelette quemado? —Preguntó uno de ellos con incredulidad.
—Si Yoongi, fue muy lindo, pero le prometí que aprendería a hacerlo, pase los dos siguientes días haciendo omelettes, mi familia estaba cansada de desayunar, comer y cenar omelettes quemados. —Se carcajeo un poco.
—Pero supongo que mejoraste, ¿No?
—Si, el último no estaba tan quemado. —Se echó a reír.
El otro joven hizo lo mismo. —Con la comida basura que dan aquí, no sabes cuanto se me antojaron tus omelettes quemados. —Sonrió con añoranza.
—Te prometo que aprenderé a cocinar y entonces te haré de comer.
—Es una promesa. —Extendió su dedo meñique esperando cerrar la promesa.
—Es una promesa. —El castaño sonrió en grande y en lazo su dedito meñique en el del contrario, se regalaron una sonrisa y se rieron un poco más de lo malo que era el menor en la cocina.
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El sábado había llegado, finalmente el club de natación saldría al viaje para el evento de bienvenida.
Jungkook estaba de muy mal humor, gritaba a la fila de chicos que aguardaba paciente para subir al autobús, mientras Eui-Soo lo miraba a dos metros por la espalda, a su lado iban llegando Gi-Chan y Taehyung, el primero con una mochila con las cosas listas para abordar al viaje y el segundo con unas cuantas bolsas de papel que contenían los almuerzos, además de una cajita especial en sus manos.
Un miembro del club venía apenas llegando metiéndose en la fila, Jungkook observó su reloj y furioso comenzó a gritar.
—¡Nos vamos a las 7! ¡¿Por qué llegas tarde?! —Su voz era seca y demandante.
Los tres chicos lo miraban lanzar regaños aquí y allá sin que este se diera cuenta.
—¿Por qué Jungkook está tan malhumorado hoy? Soo.
—No lo sé, ha estado así desde ayer. No sé quién lo hizo enojar. Él está gritándole a todos.
—Mierda.
—Entonces... ¿Él es Tae, tu amigo del que siempre hablas? —Mencionó observando al menor.
—Si, Tae está aquí para dejar los refrigerios. ¿Dónde deberíamos ponerlos?
—Déjame le pregunto a Jungkook. —Eui-Soo dio un paso pero fue detenido por Gi-Chan quien lo tomó por la cintura. Eui-Soo volteó a verlo confundido.
—Tae esta aquí… deja que él le pregunte. —Replicó con una sonrisa nerviosa abrazándose a su mayor.
Taehyung abrió los ojos y Apretó la boca en señal de desaprobación mientras le daba un codazo en las costillas disimulandamente.
