Capítulo 113. Hacer ruido.

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La ficción y el sector en general vivieron un antes y un después con la aparición del Covid-19 y el equipo de Amar es para siempre fue el primero en retomar su rodaje el día lunes 25 de mayo bajo estrictas medidas de seguridad y la mitad de su equipo, después de que el Gobierno autorizara el 22 de mayo el pase de la Comunidad de Madrid a la fase 1 tras solicitarlo por tercera vez.

Esos dos duros meses de confinamiento el equipo había cambiado muchos guiones ingeniándoselas para cerrar secuencias con diferentes soluciones creativas cuando normalmente muchas de esas secuencias, sobre todo las más sentidas, culminarían con un beso o con un abrazo pero, ahora, con los nuevos protocolos de seguridad, todo se había reestructurado y cada departamento debería responder de la mejor manera y adaptarse a una realidad que desde luego aún no conocían.

En cuanto a la emisión y al rodaje, durante el confinamiento Amar es para siempre no paró ni un solo día de emitirse en televisión y los espectadores pudieron disfrutar de la serie gracias a que venían trabajando con más de dos meses de antelación pero, habían agotado casi todos los capítulos que tenían grabados y eso provocó un retraso en la producción con la consecuente reestructuración de la misma, haciendo que ahora debieran darse prisa pero sin dejar de cumplir con todos los protocolos nuevos.

Decidieron cambiar las horas de rodaje y mientras que se conservaría la recogida de los actores sobre las seis de la mañana para comenzar a las ocho, se suprimirían los horarios más tardíos, pasando a hacerlo todo de manera ininterrumpida de ocho de la mañana a cuatro de la tarde por medidas de seguridad. Así, evitarían comer en el comedor y a cada persona al finalizar la jornada se le entregaría una bolsa con su comida. Este cambio de horario evidentemente comportaba no grabar tantas horas pero tenían que hacerlo así para cumplir con los protocolos y, como a su vez iban retrasados en el rodaje, decidieron añadir un día más a la semana y trabajar también los sábados siguiendo con el mismo horario.

Por otro lado, habían ampliado salas y espacios de camerinos para no tener que ser compartidos, a todo el equipo tanto técnico como artístico se le realizarían tests cada quince días por si hubiera una persona con el virus retrasar su entrada al rodaje y, también, habían contratado a dos personas para mantener la seguridad y el cumplimiento de dichos protocolos. Estas se encargarían de controlar al propio edificio, a actores y demás personal, realizando funciones como tomar la temperatura en la entrada conforme los trabajadores fueran llegando.

Se desinfectarían instalaciones, sets y vestuarios una vez finalizado el rodaje y en el departamento de maquillaje y peluquería, donde empezaba todo cada mañana, habían dotado la sala de mamparas entre asientos, mascarillas FFP2 y gafas de protección, extremando la limpieza, el cuidado y la esterilización de cada herramienta y producto dada la cercanía de su trabajo con los actores.

Todo estaba pensado para que el rodaje siguiera funcionando como siempre, como un reloj, solo que ahora deberían adaptarse al nuevo ritmo y a las nuevas circunstancias y aprender a abrazarse con la mirada o a escuchar desde la distancia, algo que, desde luego, no iba a ser nada fácil sobre todo para las protagonistas de esta historia porque ambas estaban deseando verse, tocarse y sentirse.

Carol extrañaba el abrazo de la rubia en ocasiones incluso llegándose a sentir algo desamparada, como si le faltara algo, como si no acabara de estar cómoda en ningún sitio. Extrañaba su piel, su olor y su mirada cómplice desde la cercanía. Extrañaba hacerla reír y sobre todo y, ahora más que nunca tras haber aclarado sus sentimientos, extrañaba besarla.

Paula por otro lado, había estado haciendo grandes esfuerzos por no echarla tanto de menos ya que había vuelto a instalársele en la cabeza la idea de que aquella relación extraña que tenían no iba a ir a ningún sitio. La catalana ya había reconocido y aceptado, tanto para ella misma como para Lucía, que estaba enamorada de Paula pero, esta aún no lo sabía y entonces barajaba la opción de dejar de fantasear con que Carol se enamorase de ella porque era incapaz de creerse que algo así pudiera suceder y, por lo tanto, barajaba también la opción de dar un paso atrás, de reprimir sus sentimientos y de no tener ciertos comportamientos con Carol porque, ¿para qué?, solo se iba a hacer más daño si continuaba buscando algo que en su cabeza era prácticamente imposible de encontrar.

Juego de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora