Capítulo 35. Dinamita.

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Manolita está en el sofá tapada con una manta y aparece Luisita en escena con una bandeja y una taza.

- Te he traído esto -dijo Paula dejando la bandeja en la mesa del salón.

- Ay, gracias hija -contestó Itziar.

- De verdad mamá si es que la que habéis liao en el hotel y en casa de los De la Vega pero, ¿por qué no me habéis dicho nada? -se sentó en el sofá a su lado.

- Porque no queríamos preocuparte.

- Pero entiendo que os van a pagar lo que os pertenece, ¿no? -dijo con cierto tono de preocupación.

- Sí, sí, sí, sí, nooo, no te preocupes por eso -dijo cogiendo la taza con las dos manos.

- A ver, sabes que podéis contar con mi sueldo del King's sin ningún problema y si necesitáis que me busque un trabajo por las mañanas pues también lo hago.

- Que no cariño, que no. Muchas gracias de verdad pero no lo vamos a necesitar -sonrió. Esta familia siempre levanta cabeza pase lo que pase.

- Ya -asintió. Si es que justamente eso es lo que me gusta mucho de papá y de ti, que nunca os dejáis amedrentar por nadie, que siempre seguís luchando frente a las injusticias.

- Bueno cariño -le sonrió mientras le acariciaba el brazo-, es que a veces la vida te pone en situaciones muy difíciles y tienes dos opciones, una callar y mirar hacia otro lado y otra ser valiente.

Paula sonreía a la par que asentía emocionada con los ojos empezándosele a humedecer.

- Por ese motivo seguís siendo el espejo en el que me miro cada día.

- Gracias hija -dijo sonriendo de oreja a oreja. 

Se la quedó mirando unos segundos y volvió a hablarle.

- ...bueno.. ¿y tú qué?, ¿no tienes nada que contarme? -la miró con picardía.

Paula se mordió el labio inferior y rodó los ojos dejando escapar una tímida sonrisa.

- Puede ser...

Itziar sonrió y asintió.

- Yaaaaa, si es que a una madre no se le escapan ciertas cosas. Bueno, cuéntame -dijo haciendo un gesto con la mano, invitándola a hablar-, cuéntame algo del pretendiente ese que te ronda. Te tengo que confesar que encontré una nota que te escribió en uno de los pantalones que me dejaste para lavar.

- Es que no hay ningún pretendiente mamá -negó con la cabeza.

Itziar puso cara de no entender nada.

- A ver, Luisita, que puedes confiar en mí. Y además, ¿tú qué te crees?, ¿que no te veo la cara?

- ¿Qué le pasa a mi cara? -contestó rápidamente, confundida.

- Pues que estás muy distinta desde hace unos días...

Paula fue dejando entrever una medio sonrisa en su rostro que se fue haciendo cada vez más grande conforme Itziar seguía hablando.

- ...estás más guapa, con más luz, con ese brillo que solo se nos pone en los ojos cuando nos enamoramos.

Paula bajó la mirada y se encogió de hombros algo sonrojada a lo que Itziar volvió a sonreír y le dedicó una mirada cómplice, adivinándola.

- Luisita por favoooor, ¿quién es?, ¿el chico ese?, ¿es el chico ese...?, si hombre sí, ese muchacho tan majo...

- No -quiso interrumpirla Paula.

Juego de rolesWhere stories live. Discover now