Capítulo 122. Soltar y seguir.

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Era viernes día diez de julio y era el último día de rodaje en Amar para Carol y Paula. Por el momento no abandonarían por completo esas instalaciones porque iban a grabar allí cosas para #Luimelia en los próximos días pero, aún así, en lo que iba de mañana ya habían estado despidiéndose de todos los compañeros tanto del equipo artístico como del técnico. Albergaban un sentimiento agridulce en su interior porque por un lado estaban emocionadas e ilusionadas por los proyectos que tendrían posteriormente y por lo que pudiera depararles el futuro pero, por otro lado, no era nada fácil soltar todo ese universo del que habían estado rodeadas durante dos y tres años consecutivos.

La serie había sido una escuela para ellas donde no solo habían aprendido y crecido a nivel profesional en cuanto a la interpretación respecta sino que, a nivel personal, tras compartir tantas horas al día con la misma gente, también habían aprendido el significado de la palabra equipo como nunca antes. Todos eran una gran familia y es que, realmente, pasaban más tiempo con ese equipo en esos platós que con sus propias familias en sus casas así que, despedirse de esa especie de segunda familia no les estaba resultando nada fácil e incluso en las secuencias de ese día que habían grabado hasta ahora habían tenido que hacer varias tomas porque eran incapaces de controlar las lágrimas, tanto las chicas como los demás compañeros de reparto porque, a fin de cuentas, se estaban despidiendo de cuatro personas: de Paula, de Carol, de Luisita y de Amelia.

- Venga vamos otra vez desde Paula -hablaba el director dando indicaciones en el set del Asturiano-, desde lo del "sabemos que te gusta casi tanto una fiesta..." bla bla bla, ¿vale? -les dijo a Paula, a Carol a Manu y a Itziar-, y hacia el final, yo sé que es un momento muy emotivo porque es vuestra última secuencia juntos pero intentad contener algo más las lágrimas porfa -les sonrió.

Todos asintieron y tras unos segundos Paula retomó su texto.

- A ver lo sentimos porque sabemos que te gusta casi tanto una fiesta como echar la lagrimilla -sonrió Paula mirando a Manu.

- Y yo pensaba que iban a pasar ambas cosas -contestó él abrazado a Itziar-, pero bueno...ay -suspiró lamentándose-, vaya vacío que vais a dejar en esta familia y en el barrio.

- No digas eso Marcelino por favor -dijo Carol.

- Es verdad -insistió Manu-, es que nos habéis enseñao tantas cosas...sobre todo lo más importante, que hay muchísimas formas de amar, lo importante es que sea un amor verdadero.

Paula miró a Carol y se le humedecieron los ojos al instante.

Te quiero.

Carol se quedó con la mirada perdida por unos segundos, posteriormente alzó la vista girándose a mirar a Paula y entonces la misma humedad que ya tenía la rubia en los ojos se le instaló a ella también.

Te quiero.

- Pues sí -asintió Itziar-, y mira que al principio nos costó entenderlo, ¿eh?, sobre todo a ti -señaló a Manu.

- Siiiii -reconoció Manu.

- Bueno porque él ha sido siempre un poco duro de mollera ahora que, yo no sé a quién habré salido -dijo Paula provocando la risa en todos.

- Bueno lo importante es que lo acabé entendiendo -dijo Manu.

- Pues sí -intervino Carol al tiempo que Paula no podía dejar de mirarla a ella y al caramelo brillante que había en sus ojos-, bien está lo que bien acaba, ¿no? -sonrió emocionada, empezando a hacer esfuerzos por retener sus lágrimas.

- Desde luego -asintió Manu también emocionado-, y aparte de despedirme de una hija -le dijo tanto a Luisita como a Paula-, me despido de mi yerna favorita -le dijo tanto a Amelia como a Carol.

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