Capítulo 43. La paella se come con cuchara.

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Después de la discusión que tuvieron por Whatsapp, a mediados de semana Paula y Lucía seguían sin dirigirse la palabra más allá de lo estrictamente necesario. Ambas eran demasiado orgullosas y ninguna estaba dispuesta a dar su brazo a torcer y es que mientras Lucía estaba convencida de que todo lo que le había dicho era la verdad, Paula seguía negándolo y para nada iba a permitir que nadie le dijera nada, ni siquiera una de sus mejores amigas.

Ya estaban a principios de diciembre y después de todos esos meses la relación con Carol había evolucionado muchísimo. La verdad es que ni ella misma sabía cómo se sentía. Por supuesto Carol le atraía de una manera desmesurada como nunca antes lo había hecho otra mujer y fuera lo que fuera que estuviera pasando entre ellas, le gustaba ese pacto indefinido, ese juego que se traían entre manos. Es precisamente por esto por lo que simplemente se quería dejar llevar y no hacer el ejercicio de plantearse ciertas preguntas cuyas respuestas pudieran ser las no deseadas como por ejemplo el hecho de que lo que sentía por Carol pudiera ir más allá de una simple atracción. Se negaba a cualquier otra opción que no fuera esa y si encima Lucía le decía todas esas cosas, ella lo iba negar más aún.

En cuanto a Carol, si bien es cierto que había notado un distanciamiento entre las amigas en lo que iba de semana, no tenía ni idea del motivo y tampoco se atrevía a preguntar ya que pensaba que al ser ellas tan íntimas amigas igual era un tema que no le concernía y por no meterse donde no le llamaban no quiso indagar, sin embargo no dejaba de resultarle extraño.

Cuando estaban en set, en los pasillos o cuando se reunían en los camerinos con otros compañeros, Paula y Lucía no se evitaban pero poco hablaban entre ellas y se podía notar cierta tensión. Carol pensó que debía intentar de alguna manera solucionar aquel posible conflicto que pudieran tener sus amigas y sin preguntar y sin llegar a meter las narices en el asunto, lo que estaba intentando hacer como buenamente podía era, por ejemplo, hacerlas coincidir más en una misma estancia o incluirlas a las dos a la vez en una conversación para que también interactuaran entre ellas.

La situación no dejaba de ser cuanto menos curiosa ya que el motivo de la discusión de Paula y Lucía había sido Carol y precisamente era ella la que estaba intentando que estas dos solucionaran sus diferencias. En ocasiones había hecho el amago de preguntar disimuladamente si estaban bien ya que no hablaban tanto como normalmente lo hacían y estas o bien contestaban con monosílabos o automáticamente cambiaban de tema.

Era complicado ya que por mucho que ambas pillaran las indirectas de Carol, ninguna de las dos iba a sacar el tema porque precisamente el tema era Carol. Desde luego Paula no lo iba a sacar por razones obvias y Lucía, a pesar de que en ese momento estuviera enfadada por la cabezonería y el orgullo de su amiga, la quería con toda su alma y no pensaba hacerle el feo de hablar del tema estando la catalana presente.

Mientras tanto, en la cabeza de Carol, ella había barajado diferentes opciones por las que pudieran estar enfadadas pero ni por asomo se podría llegar a imaginar que el conflicto que se había desarrollado entre Paula y Lucía era sobre si Paula estaba sintiendo algo más por ella o no. 

Para Carol lo que estaba pasando con Paula era algo con lo que se divertía y que esta especie de juego que tenía con ella hubiera pasado a mayores no le disgustaba pero tampoco se preocupaba. Le encantaba provocar a Paula para ver cómo reaccionaba y lo que aún le gustaba más eran las reacciones de esta, sorprendiéndola en más de una ocasión con sus inesperados impulsos.

Por su personalidad algo ambigua, por lo menos la manera en la que se comportaba con ella, había ocasiones en las que la veía como a un animalillo indefenso e inseguro y le había cogido tal cariño que hasta había desarrollado cierto sentimiento sobreprotector hacia ella. Sin embargo, por otro lado, otras veces salía una Paula más atrevida, espontánea y descarada que le encantaba y definitivamente le atraía.

Juego de rolesWhere stories live. Discover now