Capítulo 4. Conexión.

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Después de haberse pasado la mañana estrenando sus primeras conversaciones con sus nuevos compañeros, haber conocido a la persona con la que pasaría más tiempo y haberse paseado por los diferentes sets donde tendría lugar la trama de Amelia, Carol pasó la tarde estudiando las secuencias que le tocaban para el día siguiente en el piso de alquiler que tenía en Madrid centro junto a su pareja Roger, quien también era actor. Llevaban varios años juntos y a pesar de los constantes viajes que su profesión requería que hicieran, habían establecido una normalidad consensuada por ambas partes. El hecho de que los dos se dedicaran a lo mismo les hacía comprender a la perfección ese estilo de vida y ya no solo comprenderla sino compartirla y compartirla en pareja.

A pesar de los constantes viajes por trabajo y por cuestiones familiares a Cataluña llevaban aproximadamente un par de años viviendo en Madrid. Antes de empezar en Amar es para siempre Carol había trabajado en Presunto Culpable, otra ficción de la misma cadena, y últimamente parecía que los astros se estaban alineando y las cosas empezaban a ir muy bien, vislumbrando un horizonte brillante de crecimiento tanto profesional como personal. 

La pareja era partidaria de una vida sencilla, sin lujos ni extras, ambos habían crecido cerca pero ajenos al ajetreo de las ciudades grandes como Barcelona y aún viviendo actualmente en Madrid siempre buscaban tener un espacio de tranquilidad, que habían conseguido en ese pisito minimalista del centro.

Carol tenía para mañana 6 secuencias que estudiarse, entre ellas el primer encuentro con Luisita en el King's. Al igual que Paula, sentía mucha curiosidad por cómo se iba a desarrollar la trama entre Luisita y Amelia pero por el momento lo único que sabía era que se iban a hacer muy buenas amigas. El sueño del personaje de Amelia era ser vedette, por lo que a Carol le tocaría cantar y bailar, cosa que no le molestaba, es más, estaba encantada puesto que ella tenía formación en música y danza. Aunque no dominara mucho el estilo del cabaret estaba deseando aprender cosas nuevas y dar rienda suelta a todos los registros que tenía como artista.

Con el guión aprendido, se fue a la cama, se durmió imaginando el vestuario que le pondrían para los bailes como vedette y cuando soñaba con plumas, velos y uniformes sonó el despertador haciéndole saber que por fin empezaba el rodaje y como una niña en su primer día de colegio se levantó emocionada y, por qué no decir, también nerviosa. 

Después de dar lo mejor de sí dedicándole un concierto en solitario a los botes de champú mientras se duchaba se vistió, volvió a releer sus secuencias mientras desayunaba y cuando le llegó el mensaje de que el coche que pasaba a recogerla ya estaba en la puerta se dispuso a salir de casa. Como vio que Roger seguía durmiendo decidió no despertarlo y sin decir nada salió de casa cargada con un montón de sueños y una sonrisa enorme en la cara.

Cuando llegó, a pesar de ser muy temprano, ya se palpaba la tensión del primer día de rodaje y los compañeros no dejaban de ir y venir hacia todos lados. Se dirigió al camerino que le habían asignado y allí dejó sus cosas y fue en busca de la sala de maquillaje y peluquería pues era lo primero en su itinerario de hoy. Seguidamente pasaría por vestuario y esperaría al pase de texto en el set del Hotel la Estrella para posteriormente grabar por fin sus primeras tomas como Amelia.

- Perdona, ¿me puedes indicar dónde está maqui y pelu?... es que soy nueva y aún no me aclaro -le dijo a un ayudante de producción que pasaba por allí cargando un montón de papeles.

- Sí claro, mira, sigues este pasillo y en la última puerta a la izquierda ya escucharás el ruido de los secadores -le dijo sonriendo-, ya han empezado hace un rato.

- Ah vale, muchas gracias, ¿eh?, te debo una -le devolvió la sonrisa.

- Nada mujer, para eso estamos. Cualquier cosa le preguntas a quien sea que somos todos buena gente.

Juego de rolesWhere stories live. Discover now