Extra 12: Tejido en el cielo - Quinta parte

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Luego de varias sorpresas que casi provocaron que pospusieran sus planes, finalmente pudieron ir hacia Wushan, recorriendo parte del camino en compañía de la comitiva de Yunmeng Jiang y después de tomar una pausa en Muelle de Loto, el propio Jiang Cheng les proporcionó una escolta que los llevó hasta la Ciudad de la Pureza.

—No le vamos a decir inmediatamente por qué es que vas conmigo. Quiero que te conozca primero, que se dé cuenta la persona que eres antes de todo lo demás. No lo creo tan cerrado como para oponerse al cortejo, pero es un poco celoso con nosotras.

Shang Yanjing rió con ligero nerviosismo. —Puedo imaginarlo. Sigo pensando que hubiera sido mejor llamar a mis padres aquí, al menos así sería algo más formal y tu padre se daría cuenta lo serio que soy.

Mu Qianhao lo tomó de la mano y apretó con fuerza. —Hablemos primero con él y luego nos encargamos de las formalidades, ¿te parece?

—Tienes razón. Primero debemos asegurarnos de que puedan haber formalidades en este asunto —comentó aún nervioso, pero ella le dio un pellizco en la mano.

—¡No me gusta cuando te pones tan negativo! —lo regañó—. Ya verás que sí, solo hay que tener fe.

A pesar de lucir tan delicada, ella tenía bastante fuerza y el pellizco sí le había dolido, pero no dijo nada porque tenía razón en el recordatorio. Aún no había nada seguro, así que solo podían esperar a ver el resultado de su visita.

—¡Lady Mu ha regresado! —se escuchó en cuanto cruzaron la puerta. Los discípulos y sirvientes que estaban cerca le abrían el paso y la saludaban con gran afecto. Él podía ver, por los hilos que los conectaban, que tenían un sincero aprecio por su futura líder y eso lo llenó de alegría por saber que su amada tenía tanta gente buena a su alrededor.

Un hilo sanguíneo resplandeció en ese instante. Siguió su trazo hasta ver a una jovencita que corrió con todas sus fuerzas para abrazar a Mu Qianhao. —¡Jiejie! Te extrañamos mucho. ¿Por qué no avisaste que vendrías? Papá se va a poner muy feliz de verte.

—Ya tenía ganas de verlos. Ven, quiero presentarte a alguien.

Hasta ese instante, la joven pareció darse cuenta de su presencia. Ahora ya podía distinguir cuando alguien se sonrojaba y ese fue el caso con Mu Shuilian. Él le sonrió y luego le hizo una reverencia. —Shang Yanjing, de la Secta Wenshan Shen. He escuchado mucho de usted de parte de su hermana.

Ella se quedó boquiabierta un momento antes de reaccionar y presentarse también. —Mu Shuilian, encantada de conocerlo. Espero que mi hermana no haya dicho nada inapropiado.

—A-Lian...

Shang Yanjing disimuló una risa. —Por supuesto que no, joven ama. Ella habla de usted con sumo cariño y orgullo.

No podía leer sus gestos a cabalidad, pero a juzgar por la forma en que ladeó la cabeza, debía estarse preguntando por qué se mantenía con los ojos cerrados. Sin embargo, Mu Qianhao habló antes de tener tiempo de explicar.

—¿Dónde está papá?

—Debe estar en el pabellón médico.

—Vamos, no puedo esperar a saludarlo y quiero que conozca a Shang Yanjing. Quizá nos haga una demostración de sus habilidades en el pabellón médico.

—Será un placer para mí poder ayudar en cualquier forma que me sea posible.

Él permaneció un paso detrás de las dos hermanas. Mu Shuilian se colgó del brazo de su hermana y le susurró al oído. —¿Qué pasa con él?

—¿A qué viene esa pregunta?

—Vamos, debes admitir que es bastante misterioso. Pude ver que notó que me acercaba incluso antes de hablar y siempre habla dirigiéndose a mi, pero siempre tiene los ojos cerrados, ¿por qué hace eso?

La Luz de la EsperanzaWhere stories live. Discover now