Extra 4: ¡Feliz Cumpleaños!

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Wei Wuxian despertó de la siesta vespertina y vio que A-Yu todavía dormía. Ambos despertaban a las cinco de la mañana, uno por naturaleza y el otro por obligación, así que a media tarde también tomaban una siesta juntos.

Su bebé tenía ya un poco más de un año, ya intentaba comer solo aunque la mitad de su comida terminara sobre la mesa o sobre su ropa. Caminaba con más soltura y tomaba todo lo que estaba a su alcance. También decía algunas pocas palabras sueltas como a-die, a-niang y gege. Sus dientes estaban brotando y eso lo tenía constantemente molesto y lloroso, tampoco había logrado tener una noche de sueño en paz o una siesta de más de veinte minutos por la misma razón —además de un par de inconvenientes adicionales—.

Pero aquel día no había tenido dolor y ahora disfrutaba de un sueño profundo mientras en su manita tenía fuertemente aferrado el extremo de la cinta blanca que Wei Wuxian ahora portaba permanentemente atada a su frente, aunque todavía no entendía cómo los Lan de nacimiento lograban mantenerla recta todo el tiempo. Esa vestimenta no estaba hecha para personas inquietas como él.

Cuando A-Yu despertó era hora de cambiarlo y luego saldrían a dar una vuelta por el Receso de las Nubes. Ahora que ya podía caminar con más equilibrio, A-Yu disfrutaba de perseguir a los conejos que parecían saber que el torpe pequeño no iba a lograr alcanzarlos y se alejaban solo lo necesario para ponerse de nuevo fuera de su alcance. Wei Wuxian alimentaba a Manzanita y cepillaba un poco su pelaje sin despegarle un ojo a su hijo porque tenía una habilidad muy peculiar de desaparecer de repente y ya le había dado un par de sustos.

Usualmente estaban solos en esa hora pues era el momento de las prácticas de combate, así que se sorprendió de ver que Lan Jingyi llegaba con aparente prisa. —Tía, te necesitamos en el Yashi.

—¿Qué sucede, A-Yi?

El joven se había agachado a cargar a A-Yu que había corrido hasta sus piernas. —Llegaron algunos visitantes y te están buscando.

No era algo tan extraño. En ocasiones llegaban algunas solicitudes a la Secta que necesitaban de su consejo, así que Wei Wuxian asintió e inició su camino hacia aquel lugar mientras Jingyi lo acompañaba llevando a su pequeño primo en brazos. Caminaron hacia el salón de los invitados, pero el usualmente sobrio salón ahora estaba ligeramente más ornamentado y tenía una gran mesa con bocadillos que lucían muy apetitosos.

Las personas dentro del salón lo saludaron a coro. —¡Feliz cumpleaños!

Wei Wuxian estaba sorprendido. No solo su familia dentro del Receso estaba presente, sino que también Jin Ling y Jiang Cheng habían llegado para celebrar con él. Se había olvidado completamente que su cumpleaños se acercaba porque estaba más preocupado por A-Yu, dándole la oportunidad a su esposo e hijo de planear una pequeña fiesta sorpresa.

Jiang Cheng y Jin Ling habían llegado desde temprano, uno con suficientes raices y semillas de loto y el otro con las habilidades necesarias para preparar la sopa con la sazón de su madre junto a A-Yuan, mientras que Lan Wangji preparaba algunos otros platillos incluída la sopa dulce de semillas de loto para sus hijos (era la favorita de A-Yuan después de todo y A-Yu también la disfrutaba mucho).

Además, Jiang Cheng había llevado una botella con un aceite rojo que entregó a Wei Wuxian con delicadeza. —Hice que investigaran por todo Yunmeng y me dijeron que este aceite puedes consumirlo sin que le haga daño a A-Yu siempre y cuando no uses más de una cucharilla. Probablemente no sea el nivel de picante que te gusta, pero creo que tu paladar lo agradecerá.

Wei Wuxian entregó la botellita a su esposo y ya con las manos libres no dudó en darle un abrazo a Jiang Cheng. —¡Te quiero, hermanito!

—¡Qué...! Wei Wuxian, ¡suéltame de una vez o te romperé las piernas!

Todos se sentaron a la mesa y A-Yu pidió sentarse en las piernas de su mamá. Había estado observando fijamente a todos y muy atento a sus felicitaciones. Como todo un Lan guardó silencio mientras comían, pero en cuanto sus platos estuvieron vacíos comenzó a balbucear algunas cosas.

—Hoy está de muy buen humor —comentó Lan Xichen que había estado al tanto de los problemas de dentición de su sobrino.

—Sí, parece que tuvo un descanso justo a tiempo para disfrutar de mi cumpleaños —contestó pellizcando ligeramente la mejilla de su bebé.

A-Yu rió porque los mimos de su mamá siempre le gustaban. Estiró sus bracitos y lo abrazó tanto como podía.

Amo mamá. ¡Amo mamá! —dijo muy claramente y se restregó un poco contra su pecho mientras seguía riendo.

Todos guardaron silencio. Habían escuchado ya el limitado vocabulario del pequeño, pero esa era la primera vez que formaba una frase relativamente coherente. Wei Wuxian tenía una amplia sonrisa en su rostro y abrazó con fuerza a su hijo contra su pecho. —También te amo, bebé.

Los demás los observaban enternecidos. Wei Wuxian nunca olvidaría ese cumpleaños.





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No tenía planeado hacer nada por el cumpleaños de Wifi, pero la inspiración atacó de pronto y me puse a pensar... mi primera idea era la de las primeras palabras del bebé, pero como en LEDUA tengo una línea de tiempo no me coincidían los tiempos con el cumple de Xianxian.

Para este momento, A-Yu tiene 16 meses y viendo algunos videos de bebos de esa edad, surgió entonces esta idea.

Espero les haya gustado.

La Luz de la EsperanzaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz