💌 Capítulo № 30 💌

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— ¿Qué... me pasó?

Taehyung se levanta aturdido del cómodo sillón, donde lo han dejado descansar desde hace unos veinte minutos aproximadamente. Observa a su alrededor y ve que se encuentra completamente solo en la sala de estar, con una delgada mantita que lo envuelve sobre sus ropas ligeramente húmedas. Más atolondrado que antes, escucha como las voces varoniles y femenina resuenan al otro lado de la casa, los miembros de la familia Min están terminando de preparar y servir la cena, mientras esperan pacientes a que su invitado despierte.

Saliendo de su ensoñación se sienta de piernas cruzadas sobre el mueble y cuando un escalofrío recorre su cuerpo, debido al frío que se cuela en él, tirita un poquito y se abraza a sí mismo. La lluvia al exterior continúa, pero antes de quejarse o renegar por lo helado que se siente ese clima húmedo, prefiere envolverse más en el calor de la manta y esperar a que alguno de los mayores aparezca y le ofrezca ir a cenar.

— Mamá, iré a ver como está —La voz de su crush la distingue desde la lejanía. Los pasos lentos llegan hasta sus oídos y por inercia el castaño sonríe. Yoongi se aproxima, está seguro de ello y justo lo comprueba cuando ve su cabellera negra y su cuerpo bajito asomarse por la entrada, con una taza de leche caliente y otra manta más gruesa que la ya tiene puesta sobre él—. Taehyung... Despertaste —Al mirarse los dos el pálido se sorprende, moviéndose más rápido para acercarse, sentarse a su lado y envolverlo con la manta que trae en su otra mano. La taza con el líquido dulce se la entrega unos segundos después de abrigarlo—. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Quieres algún medicamento?, Puedo pedirle a papá que te dé algo, hay un botiquín en el baño con muchas medicinas.

Taehyung niega, soplando el vapor que sale de la taza de porcelana.

— No me siento mal, hyung —Asegura, tomando un sorbo. La leche caliente baja por su garganta y le calienta el pecho, la sensación es apacible y hace que sonría, sintiendo el cariño que trae en sus sabores y preparación—. Sólo tengo frío.

— ¿Frío? —Yoongi recibe el mensaje y, en el momento en que termina de analizarlo, asiente, tomando sus mejillas con mucho cuidado. El castaño pestañea al sentir el exquisito calor que emana de sus grandes manos, que usualmente la mayoría de personas solían decir que eran frías y ásperas—. Estás empapado, es obvio que tendrías frío, Tae —Le susurró, riendo encantado por la nariz enrojecida de su menor—. Pero tranquilo, mamá tiene algo de ropa para tí. Le diré que te la de enseguida. No quiero que te enfermes —Concluyendo su oratoria el de estatura bajita acaricia la zona suavecita de sus mejillas de tonos acaramelados y sonríe. Taehyung enarca una de sus cejas al verse acorralado por los mimos que repentinamente está recibiendo, aunque tampoco es como si lo moleste del todo. Sólo le sorprende y lo hace sentir bonito.

El momento entre ambos genera un ambiente embriagador y alucinante para el soldadito enamorado. Taehyung dentro de sus pensamientos se revuelca sobre las florecitas que mágicamente crecen en la zona de combate y ríe escandaloso, fantaseando con más situaciones parecidas a esa.

— Iré por mamá ahora, espera aquí —Pero para su desgracia el grandioso momento no es eterno, y así como su crush aparece, igualmente se retira del área, con un excusa cualquiera. El castaño asiente decepcionado, los dedos de su mayor se alejan y dejan de tocar su piel, el calor que contiene se evapora de él y se vuelve a sentir congelado. Las dos mantitas no son suficientes para calentar su pecho y corazón.

Yoongi al instante desaparece de la sala, dejándolo con las mejillas ardiendo y un recuerdo reciente del pequeño besito que le ha propinado minutos antes, en el patio trasero de su casa, bajo la lluvia que baña la ciudad.

Cuando la silueta de su crush desaparece completamente de la habitación, el castañito cubre su boca con sus manos y chilla de emoción al tener en su mente reproduciendo una y otra vez la corta escena de ese logro. Porque sí, para Taehyung ese es un gran logro. Uno que merece ser celebrado y recompensado por su tropa. No todos los días recibes un besito de la persona que te gusta y mucho menos bajo la lluvia en un sentido casi romántico. Tal vez ha cometido el ridículo desliz de desmayarse, lo que resta puntos a la emoción, pero no es como si actualmente le afecte o algo por el estilo, ya se siente acostumbrado e inclusive cree que esa esa la gracia de su conquista.

El Día Después de San Valentín |YoonTae| (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora