El Día Después de San Valentín |YoonTae| (Corrigiendo)

💌 Capítulo № 8 💌

El castaño, luego de celebrar con aquel niño vecino de su amigo, encontraba frente a la entrada principal de la casa perteneciente a la familia Park, con una sonrisa dibujada en sus labios rosados, la cual nadie, ni nada, siquiera él mismo, podrán eliminar fácilmente. Toca la tabla de madera repetidas veces hasta que un par de minutos después la puerta se abre y en menos de un milisegundo, siente un peso mayor sobre su cuerpo que, posteriormente, hace que pierda el equilibrio de sí mismo, retrocede unos cuantos pasos y terminando cayendo de espaldas sobre en el suelo y en su trasero. 

Levemente adolorido fija la mirada en su abdomen, algo se aferra fuertemente en la camiseta de su uniforme, abrazándolo, unas pequeñas manitas se sostienen de él. Inmediatamente el castaño corresponde el afecto, rodea el cuerpecito con sus brazos y acaricia los cabellos negros del pequeño niño que conocía desde hace mucho.

— ¡Tata, estás aquí! —El niño exclamó, levantando el rostro para ver al nombrado con una pequeña sonrisa en sus labios sin dejar de abrazarlo.

— Minki, hola —Saludó. Tomando entre sus brazos al hijo menor de la familia Park, Taehyung se levantó con cuidado cerrando la puerta detrás de sí.— ¿Como has estado, Mikie? ¿El tonto de tu hermano te trata bien desde la última vez que vine?.

— ¡Estoy muy bien, Tata! —El menor responde. Taehyung está seguro que está viendo la imagen del pelirosa, pero en versión “mini”.— Y mi hyung hasta ahora no me ha molestado, pero ¡Ayer se comió todas mis galletas con forma de animalitos y no me dejó ninguna!.

El corazón del castaño se estruja cuando el menor hace un pucherito con sus labios. Piensa detenidamente en cientos de forma para matar a Jimin por ser tan “mal” hermano con Minki.

Siguiendo en la entrada Tae conversa con el menor de los Park hasta que una figura femenina se asoma por el fondo del pasillo que llevaba más al fondo de la estructura de la casa.

— ¿Minki, hijito, con quién hablas?...

— ¡Mami, mira, Tata hyung vino a visitarnos! —Minki anuncia aplaudiendo.

— ¡Taehyung!.

El nombrado voltea hacia donde la voz lo llamó y nuevamente cuando menos se lo espera otro cuerpo se aferra a él. Kim ve a la mujer de estatura bajita, notando como esta lo abraza con cariño y le da un pequeño beso en la frente. Luego lo invita a entrar adecuadamente a su hogar.

— Taehyung, cariño, ¿Cómo estás? —El nombrado, aún con el niño en sus brazos, camina a la par de ella por el pasillo principal que lleva a las escaleras que dirigen al segundo piso, donde el pelirosa tiene su habitación.

— Bien, señora Park —Responde.

— ¡Que bueno! —La madre de Jimin aplaude feliz y luego toma a Taehyung de los hombros arrastrándolo a las escaleras, pues ella sabe que él irá a ver a su hijo mayor.— ¿Tu madre y padre está bien?.

El castaño asiente sonriendo, aún más que antes, a la mujer que se parece tanto a su mejor amigo.

— Papá está en casa y mamá se encuentra ahora en Japón por una reunión de negocios, pero, sí; ambos están bien ¡Ya sabe! ¡Ambos, a sus maneras, son emprendedores!.

A diferencia mía.

— Me lo imaginaba, SeungJi siempre fue más un hombre hogareño y Iseul ama demasiado trabajar —Rio, recordando a los padres del castaño.— Puedo asegurar que casi como ama a tu padre.

— ¿Jimin está en su habitación? —Preguntó.

— Sí, cariño —La señora Park suelta los hombros del castaño, cuando están frente a las escaleras, mientras que Minki jugaba con la corbata de su uniforme.— Volvió hace un rato. No venía solo, traía con él a un jovencito muy atractivo y amable, es todo un encanto de hombrecito.