CAPÍTULO 5

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Licántropo u Hombre-lobo:

Primera criatura creada por la Uidhe a partir de los guerreros del pueblo. Para poder defenderse de los demonios y otras criaturas de la noche, los bendijo con la doble naturaleza: la humana y la loba. De origen bélico y gen animal, los hombres-lobo se reúnen y organizan en manadas con un orden jerárquico Alfa-Omega. Hay tres principales, cada una de ellas correspondientes a un refugio.

Se alimentan de cualquier cosa, aunque los filetes y las bebidas energéticas les encantan.

Puntos fuertes: Dimensiones muy grandes (sobrepasando los dos metros de altura), fuerza colosal y visión y olfato extremadamente sensibles.

Puntos débiles: Como cualquiera, no pueden vivir sin su cabeza o sin su corazón.

Características especiales: Ojos ambarinos y garras larguísimas son los primeros indicios de transformación. Los dos metros de altura, el pelaje espeso que los rodea y el hocico lobuno lo adquieren al completarla.

***


El castillo estaba situado al lado de un acantilado de más de treinta metros de altura que daba al valle de la montaña.

Era inmenso, cubierto de varias ventanas con mosaicos de colores como una iglesia, hecho de piedra caliza y con una torre en el este y otra en el oeste. La puerta era una estructura que medía más de tres metros de altura, de madera de roble maciza y envuelta por un marco desgastado por el tiempo con escrituras gravadas cuyo idioma no supe identificar. Estaba rodeado de un campo verde reluciente bien cortado, con los capullos de las flores cerrados iluminados por la luz de la luna.

Nos dirigimos hacia la pesada puerta de roble, donde nos encontramos con varias personas que esperaban a que se abriera.

Miré detrás de mí buscando aquel torbellino que nos había llevado hasta allí, pero sus luces desaparecieron y sólo vi bosque a mis espaldas. ¿Acabábamos de atravesar un portal? ¡Habría estado bien que me explicara estas cosas antes de meterme en ellas de lleno!

Me giré para reprenderlo cuando oímos una voz masculina cerca.

― ¡Alec!

Nos giramos y vimos que era un chico muy alto, de músculos esculturales, de cabello castaño claro y ojos del color del más profundo océano. Vestía una camiseta negra de Rob Zombie y unos tejanos anchos oscuros. Con dos grandes zancadas estaba prácticamente encima de nosotros, lo que me dejó analizar mejor sus rasgos. Y reconocerlos. Era Fredy, el chico de las noticias, el licántropo de mis sueños. Es decir, de los sueños que había tenido...

Y Alec bromeaba. Era más guapo en persona. De fuerte mentón y nariz recta coronada por unos pómulos marcados regía su faz con unos ojos que se antojaban fríos como las aguas de la Antártida.

―Hola, Fredy, ¿qué tal?―Alec le dio una palmada en la espalda.

―No me quejo. Susie te estaba buscando antes...―Me miró de arriba abajo extrañado.― ¿Quién es ésta preciosidad?

¿A qué venía ese repaso? Me crucé de brazos, más indignada que nunca. ¿Alec no iba a decir nada al respecto?

―Soy Lara.―Dije con más brusquedad de la que quería.

Sonrió enseñando un colmillo, no tan afilado como el de Alec, pero este no era retráctil. O eso creía. Cosa que me bajó un poco los humos. No había caído en que podía ser otra criatura bestial como Alec, o algo más peligroso si cabía.

Al Anochecer: La diosa y el mestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora