CAPÍTULO 11

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Kraken:

Criatura marina invertebrada, compuesta por una cabeza y ocho tentáculos, pariente ancestral del pulpo y de dimensiones colosales. Son famosos por custodiar grandes tesoros de navíos hundidos y por la mitología escandinava. Originarios de la dimensión de Tara, es de las pocas criaturas que no viven ni en los Refugios ni en las ciudades virtuales. Una de ellas es quien dejó el rostro de Alaric no menos atractivo, pero más interesante.

***


Abrí los ojos despacio. No estaba tan cansada como la vez anterior, pero tampoco fue un camino de rosas. Me incorporé sobre mi cama frotándome los párpados. Cuando alcé la vista, me percaté de Alec justo a mi lado, sentado sobre el colchón observándome fijamente con un coro de miradas tras él provenientes de Sejmet, Fredy y Ana.

<< ¿Ana? ¿Está aquí ahora? ¿O es otro sueño?>> Pensé.

―Lara, ¿has tenido una visión? ―Preguntó Alec mientras acariciaba un mechón de mi pelo y lo acomodaba tras la oreja.

Asentí mientras miraba a mi alrededor. Así que Fredy la había encontrado y parecía que no había sufrido ningún daño. Sejmet permanecía expectante sobre su cama atenta a mi respuesta, a lo que correspondió con una sonrisa de auto-satisfacción.

―Por eso le brillaron las runas. ―Enfatizó con un gesto dramático en el aire.

― ¿Ana?

Ella se acercó con una sonrisa ignorando por completo la presencia de Alec y me abrazó. Tras unos minutos, u horas, en las que estuvimos enganchadas como dos lapas se separó de mí y le cogí los hombros con ambas manos.

― ¿Dónde estabas? Estaba muy preocupada por ti.

―Cuando saltó la alarma Fredy me dijo que me quedara en la habitación, y estuve allí un buen rato debajo de la cama. Pero una arpía entró y me encontró... Tuve que saltar por la ventana. Menos mal que Lucius estaba allí abajo, sino ahora sería papilla.

―Y menos mal. Llegas a pelear con ella y te habría matado. Aún no controlas la transformación. ―Dijo el lico serio cruzado de brazos. Frunció los labios en una línea muy fina. Le gustaba tanto o menos si cabía el hecho de que ella se tirara desde una torre. (Ya no sabía qué debía sorprenderme o qué no.)Porque no iba a ser por Lucius, ¿verdad? Bueno, lo importante era que salió ilesa...

Un gran pesó desapareció de mis hombros y suspiré de alivio.

Ana hizo ademán de protestar pero pareció pensárselo mejor y frunció el ceño ignorando sus palabras. Me miró fijamente y sus ojos esmeraldas brillaron con curiosidad.

―Ya se te han apagado las marcas.

Me toqué la cara inconscientemente. ¿Se habrían iluminado como en el baño, tenue o como las manos de Williams cuando invocaba el portal? Si tuviera que elegir, prefería la segunda opción. Era todo un espectáculo digno de ver.

<< ¿Por qué tengo que perdérmelo?>>Pensé con rabia.

Me deshice de aquellos pensamientos, me senté en el colchón y me puse las botas negras. Por desgracia, tenía que irme.

Pero Fredy se adelantó.

― Tengo que ir a informar sobre el experimento.

― ¿Él ha...?―Si mi visión era real, las arpías...

―Está muerto. Una de esas cabronas lo mató en la celda. Informó con el ceño fruncido. No le hizo ninguna gracia que asesinaran a alguien (por experimento que fuera) bajo su cuidado. ―Bueno, la dejo con vosotros. Voy a hablar con Williams.

Al Anochecer: La diosa y el mestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora