12. Celoso

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Además del día de la madre o del padre, yo no era de levantarme a cocinar y preparar la comida para la familia.

Pero oh, estaré condenada, cocinar para Harry Styles lo cambiaba todo.

—¡Huele delicioso! —el ojiverde me halagó mientras bajaba las escaleras.

Lo miré sobre mi hombro con una sonrisa sin dejar de batir el cucharón en la olla.

—Hice lo mejor que pude.

—Debo confesarlo... el desayuno estuvo riquísimo. No espero menos del almuerzo.

Sentí su mano en mi hombro seguido de un beso fugaz en mi mejilla como "saludo". No lo había visto desde hace una hora que se fue a bañar y cambiar. Una eternidad.

—Bueno, los macarrones con queso no son tan difíciles de hacer. —Vi la caja vacía sobre la encimera.

—Los macarrones con queso son la salvación para mortales como tú y yo sin capacidades culinarias —Afirmó.

Harry salió de la cocina, la bordeó y se apoyó en la barra de mármol, observándome acabar de cocinar los macarrones.

—¿Has hablado con tu mamá? —quise saber.

—Sip. Casi la cago al mencionarte, pero lo disimulé. Según ella, estoy disfrutando de la playa y mi soledad.

Alcé mis cejas en un gesto de "Sí, como no".

—Eres horrible por mentirle a tu madre.

—Igual tú, querida.

Ugh, él tenía un no sé qué cuando decía "querida" que me hacía erizar la piel. Todo lo que salía de sus labios era mágico.

Apagué el fuego de la hornilla y saqué la olla. Serví los macarrones en los platos que tenía preparados sobre la encimera y finalmente dejé la olla sucia dentro del lavadero. Luego limpiaría todo.

—¿No quieres ver una película mientras comemos? —ofreció.

Dejé ambos platos servidos sobre la barra. Lo observé un segundo antes de darme media vuelta y buscar los tenedores.

—¿Quieres ver Dunkirk? Aún no te has visto a ti mismo en la pantalla grande —propuse con una sonrisita de lado.

Los ojos se le iluminaron mismo niño emocionado.

—¡Es verdad! Vamos a verla.

Ambos tomamos nuestros platos y cubiertos y nos dirigimos a la sala. Por inercia, y como en estos últimos días, cada uno se sentó en un extremo del largo sofá solo para tener el brazo de este como apoyo extra y poder subir nuestros pies al mueble.

—No te asustes si grito —advertí mientras entraba a mi cuenta de YouTube. Había comprado la película hace meses para poderla ver cuando quisiese.

—Tranquila. Gritaré contigo.

Mientras buscaba la película, Harry había empezado a comer sus macarrones. Estaba apunto de colocarle "play" cuando mi celular vibró en el bolsillo trasero de mi short. Me extrañó que alguien me escribiera a las dos de la tarde. Había hablado con mis padres en la mañana al igual que con Ray. Y tampoco es como si tuviera mucha vida social.

Dejé el control remoto a un lado y saqué mi celular. Entré a WhatsApp sin pensarlo dos veces y ahí me esperaban dos mensajes nuevos por parte de Lucas.

En otro momento habría empezado a gritar, pero ahora solo me había quedado inmóvil en mi lugar, mirando la pantalla del chat sin abrir.

—¿Qué sucede? —Harry soltó.

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