En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir]

🕧CAPÍTULO DOS🕧

No tomé el tiempo de pensar en qué estaba pasando, en si esto era un sueño, nada, en mi mente solo estaba la idea de que si esta era una segunda oportunidad no lo dejaría morir.

Miré la hora en mi celular.

Recordaba claramente la hora en la que el autobús fue a chocar contra un poste acabando con muchos, la hora marcaban las 3:25 pm y el accidente fue a las 3:40, solo tenía 15 minutos para salvarlos.

El carro iba demasiado rápido, y ni si quiera se como iba a parar todo, solo se me ocurrió hablarle directamente a él, a mi Peter.

Toqué su hombro por detrás, el llevaba un suéter azul, y en cuanto mis dedos tocaron la cálida tela las mismas energías que producía en mi aparecieron, recoriendo cada parte de mi cuerpo esa energía me hizo querer abrazarlo.

El me miró enseguida y esos ojos verdes que me trajeron felicidad en el pasado me miraron.

-¿Necesita algo?. -su voz fue tan suave, pero con un tono de confusión.

Era obvio, él no me conocía, pero no tenía tiempo de decirle mucho, solo necesitaba decirle que bajara del autobus -hola, se que esto sonará algo raro y sin sentido pero necesito decirlo -cerré mis ojos, suspiré y cuando volví a mirarlo el tenía una ceja levantada -escucha tienes que bajar de este autobus ahora, es que tuve un extraño presentimiento, este autobus va a estrellarse más adelante.

Su cara mostraba lo confundido que estaba. -Disculpe, pero no puedo hacerlo.

-¿Por qué no? -pregunté muy nerviosa.

-Bueno no se quien es usted, nunca la e visto, y afuera está lloviendo no creo que sea prudente que yo salga, agradezco su preocupación pero no puedo bajar -sus palabras dejaron sus labios y mi corazón empezó a doler.

Mi Peter siempre me oía, entiendo que el no me conoce pero deseaba que confiara en mi por un momento.

-Por favor, se que parece ilógico, pero realmente se que algo ocurrirá en tan solo unos minutos, tienes que oírme -mi voz sonó deseperada y no pude evitar soltar un par de lágrimas -por favor, baja conmigo. -le pedí entre lágrimas, su mirada cambió y el parecía tener una pelea consigo mismo.

-No llores, por favor -su voz lo único que hizo fue que se me formara un nudo en la garganta.

-No puedo evitarlo, tengo miedo
-dije entre sollozos, su frente se arrugó ligeramente y nuevamente me dio la espalda.

Creí que el no me haría caso, que se quedaría dándome la espalda.

Pero no lo hizo, tomó su mochila que estaba a su lado y se puso de pie.

-Muy bien, bajaré, pero prometame que no va a llorar más.

Asentí y pedimos bajar, dejé que el bajara primero y cuando el estuvo fuera corriendo hacia un lugar donde la lluvia no lo mojara retrocedí y me volví hacia los pasajeros y el conductor.

-Escuchen todos, se que esto sonara como una broma, pero no lo es, esto es cierto -todos me estaban viendo y el conductor aún no comenzaba a conducir. -Este autobus va a tener un accidente justo a unos cuantos metros de aquí, niños, mujeres, ancianos muchos van a morir, yo lo vi, tengo ese presentimiento, y no puedo quedarme sin hacer nada, tienen que bajar ahora.

Podía oír muchas murmuraciónes sobre mi en el fondo, comenzé a preocuparme de que no me escucharán.

-Jóvensita, no tenemos tiempo para sus bromas, tengo una hija de su edad más o menos, se que es la etapa en la que hablan cosas sin sentido, ¿usted se vio la película de destino final cierto?.