🕧CAPÍTULO VEINTISIETE🕧

942 212 36
                                    

Al abrir los ojos me azota un fuerte dolor de cabeza. No había tomado nada, y sin embargo me siento como si lo hubiera hecho.

<<¿Cómo una pequeña acción como  sobrepensar las cosas toda la noche puede ocasionar un dolor de cabeza?.>>

Al levantarme veo unas flores distintas a las de ayer, y estas sí que las reconozco, son unas Camelias. Había leído sobre ellas y tienen un lindo significado, aunque apuesto y eso Peter no lo sabe.

Sacudo la cabeza para dejar de pensar en él, y otro dolor me azota, decido darme un baño para relajarme.

Fracaso, no hay relajación, principalmente porque mi mes acaba de aparecer y eso explicaría el porqué de mis sensibilidad ayer y los días anteriores. Al salir de la ducha ya con los dientes cepillados, me dirijo a la cocina, donde espero encontrarme mi desayuno, sin Peter porque sabía que no estaría. Casi me da un infarto cuando lo veo en la cocina, luce tan bien, y no tengo que preguntar por qué está tan bien vestido cuando se que saldrá a verse con alguien.

—Buenos días.

Sonrío, pero no es de felicidad
—Buenos días. —logro responder —¿Ya te vas?.

—Aún no. —Responde el sin vergüenza.

No respondo más y  me dirijo a donde siempre está mi desayuno, y fracaso totalmente porque no hay nada. Claro que yo podía hacerlo pero Peter días anteriores dijo que él se haría cargo.

—Isa, quiero pedirte perdón. —Dice Peter a mis espaldas.

Termino molestandome más y sin pensarlo bien suelto que me mintió diciendo que él haría el desayuno y que aunque no era su obligación él se había empeñados en decir que lo haría. Sin esperar respuesta cuestiono.—¿Por qué te molestas tanto en mi si al final no vas a cumplir?, oh, claro, ya se la respuesta. —Peter me mira en todo momento sin saber que decir.—Ya te has arrepentido de todo, eso explica tu comportamiento extraño estos días, y es la razón por la que ya no quieres estar aquí.—Afirmo y mi voz termina sonando más débil de lo que quería.

—Isa, no es así.

—¿No es así?, eso no lo pensabas ayer que se lo dijiste en la cara a Fernando.

—Eso tiene una explicación
—continúa diciendo. —Todo lo tiene, sé que fuí un imbécil contigo antes, pero te juro que me estoy esforzando por cambiar, quizás estos días no he sido sincero contigo pero todo tiene una razón.

—¿Y cuál es?.

Peter cierra los ojos un momento. —Ven conmigo, te lo explicaré todo.

—¿Por qué tengo que ir?, ¿No puedes decirmelo aquí?.

—No, sé que no me creerás, así que por favor Isa, ven conmigo y confía en mi.

Me tomo unos segundos para respirar y calmarme porque ciertamente siento que no puedo controlar todos mis sentimientos, quería hablar con él de buena manera y lo terminé arruinando con mi humor. Le digo que me voy a cambiar y unos minutos después salgo de la habitación.

En el camino no hablamos, en realidad es algo incómodo porque lo he cachado mirándome varias veces, lo peor es que aún con todo me sigo poniendo nerviosa.

Han pasado unos diez minutos y no sé dónde estamos, me estoy empezando a poner mas nerviosa hasta que por fin estaciona el auto y solo puedo ver un montón de árboles.

—¿Piensas matarme aquí?, porque nada me sorprendería ya. —Murmuro sarcásticamente.

—Jamás, pero si haré algo que seguro y hace que me odies —estoy a punto de protestar cuando me carga sobre sus hombros y a pesar de todo mi forcejeo no me suelta.

En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora