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Los Malik son una familia paquistaní con una exitosa floristería. Después de la pérdida de su abuela, Zayn, un estudiante conflictuado, siente que el mundo llegó a su fin. Será cuestión de que Liam, un exitoso abogado con un excel...
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— Hola. Vengo con el señor Payne, soy Zayn Malik, —comentó a la recepcionista del edificio donde trabajaba el abogado— mi mamá quedó de traer unos documentos sobre una florería del centro y como no pudo presentarse por su trabajo, me delegó traer todas las hojas.
— Entendido, sí, tengo registrada una cita. ¿Puedes sentarte un momento, cielo? El Sr. Payne está por salir de una reunión. Yo te indico cuando puedas entrar.
Zayn agradeció y llevó la carpeta de documentos y su patineta hasta las sillas de espera. Había andado por toda la ciudad con aquello como medio de transporte solo para cumplir con la responsabilidad de traer los documentos. El edificio de la aseguradora era masivo, tenía un montón de oficinas y en la entrada había una fuente bastante lujosa. Mordía sus uñas, nervioso. Adelante. Fue la indicación para pasar.
Sacudió sus pies en la entrada y se introdujo en la oficina. Era un espacio abierto, bastante minimalista. Con muchos acentos metálicos y algunos de mármol, especialmente en el piso. Mucha vegetación artificial, también. El contraste del verde plástico en helechos terminaba de dar el toque moderno al lugar. El escritorio tenía dos alturas, una visible donde se postraba el computador y otra invisible, por debajo, donde tenía todos sus documentos sueltos.
— Hola —tenía su mirada fija en el escritorio, el saludo fue seco, sin más. Zayn camino hasta tomar asiento en uno de los lugares vacíos frente a él. No pudo evitar perderse en el cuadro que tenía Liam detrás. Al notar eso, sonrió y explicó— es un Haring, personalizado. Le pedí en blanco y plata porque creo que juegan bien con todo el entorno. ¿Te agrada?
— No pensé que un hombre de la ley como usted estuviera interesado en el arte como para tener una consideración así —respondió Zayn, quien comenzaba a sacar las hojas de la carpeta en la que las llevaba y las ponía a disposición del que tenía en frente, el cual retiró su saco y arremangándose la camisa, comenzó a revisar— ¿Qué significa?
— Ahí está la consideración principal de la pintura —respondía mientras leía, ocupándose de ambas cosas paralelamente— todos ven a la disciplina legal lejana a la creatividad y no es así. Como el arte, el derecho también depende del contexto, tiempo, acontecimientos, sentimientos y eventualidades que llevaron al acontecimiento, a la obra maestra.
Después de pasar por lo menos una quincena de minutos en silencio, Liam volvió su mirada a la del chico que parecía desesperado. Afuera había comenzado a llover y parecía que no iba a terminar pronto de hacerlo, alzó su ceja esperando una respuesta.
— Es que... vengo en patineta —Zayn se sonrojó— me voy a mojar de regreso.
— No tenías que decir menos. Estoy a veinte minutos de irme a comer, si me esperas, puedo acercarte a la florería. Recuerdo el domicilio. No vivo cerca pero a donde voy, queda a la pasada. ¿Te interesa mi oferta...—revisó en sus notas para recordar el nombre del otro— Zayn?
