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Los Malik son una familia paquistaní con una exitosa floristería. Después de la pérdida de su abuela, Zayn, un estudiante conflictuado, siente que el mundo llegó a su fin. Será cuestión de que Liam, un exitoso abogado con un excel...
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Malik Flower Artistry. Leía el letrero que los hombres de construcción bajaban, un adosado plástico que brillaba con luces led por dentro. La mujer hacía de guía, puesto que le regresaría a donde lo habían comprado, para que le dieran algún otro uso. Se adentró después, en búsqueda de una propina para los trabajadores que habían sido tan amables en todo momento. Tomó una hoja de papel para anotar lo que hacía falta que hicieran para levantar su cabeza cuando la puerta sonó. La última vez que había visto a aquella persona había sido en una fotografía de Zayn, hace por lo menos una semana.
El lugar se vaciaba. —Jazmín —mencionó mientras señalaba un ramo que quedaba cerca del mostrador. Liam asintió— son bellísimas. Dice la historia que olerlas es como recordar la voz de tu ser amado. Es muy difícil enramarlas, son trepadoras. Rústicas. Bellas. —suspiró— Llegó tarde, señor Payne. Zayn, el tomó un vuelo ayer. Se fue a estudiar la universidad —alzó su mirada— lejos.
Ahí fue donde el corazón del abogado se partió en dos. Con el sonido de un taladro destornillando los marcos de las paredes, ocultó su sollozo. Solo se podía ver el camino que las lágrimas dejaban al bajar por su rostro. Cubría sus ojos en sus ya clásicos lentes oscuros. Al retirárselos para limpiarse con una servilleta de tela, se veía por encima lo desgastado que estaba, las ojeras eran profundas en su mirar y tenía cierta hiperpigmentación alrededor de los ojos, producto del estrés.
—Quiero que usted lo sepa —dijo, nervioso, temblaba al hablar— q-quiero que sepa que aquella vez que mis hijos y la que ahora es mi exmujer nos encontraron en el aeropuerto, fue decisión de ella para arruinar mis vacaciones con Zayn. Ya... ya habíamos tomado la decisión de separarnos después de mucho tiempo de malos tratos pero... él se fue y n-no me dejó terminar de explicar todo lo que sucedía —la mujer asintió, no respondería nada al respecto. Se mantenía neutra— ¿Está remodelando?
—Mucho mejor —tomó el dinero de la caja y lo guardó en su cartera, junto con la nota que escribía— estoy cerrando. Hemos brindado mucho a la comunidad y sin mi mamá ni mi hijo, quiero dedicarme a mi vida y a descansar. Creo que alguna vez usted fue el que le dijo a Zayn, que debemos tomar decisiones por lo que nos traerá felicidad plena. Señor Payne, mi felicidad plena estuvo en darle lo mejor a mi hijo y acompañar a mi madre en sus últimos momentos. Ahora... me queda descubrir de nuevo qué es lo que me satisface. A usted... —tomó una flor de jazmín y se la dejó en la mano— ¿Qué le hace feliz?
Liam se soltó a llorar mientras la mujer se alegaba, dando más indicaciones a los trabajadores. En la flor, observó todo, escuchó la voz de Zayn hablándole por la madrugada, la calidez de sus abrazos, su sonrisa cuando le veía llegar. Y ahora, ya no le tenía.
Nada.
Más que el recuerdo de lo que pasó. Ligero, delgado, a expensas de desaparecer.
