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Los Malik son una familia paquistaní con una exitosa floristería. Después de la pérdida de su abuela, Zayn, un estudiante conflictuado, siente que el mundo llegó a su fin. Será cuestión de que Liam, un exitoso abogado con un excel...
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Los rayos del amanecer golpearon los ojos de Zayn y le hicieron despertar. La tenue iluminación de la habitación, combinada con los sonidos de la fauna en la privada y el leve roncar de Liam le hacían sentir muy afortunado de aquel momento. En ropa interior, el otro se cubría parcialmente de la sábana y cubría su cara con su antebrazo. Se le acercó y dejándole un beso en la mejilla, le hizo levantarse. Su voz gruesa le dio los buenos días.
— Necesito que me ayudes con algo, estoy en los últimos días para elegir, —comentó. Liam se levantó al escuchar la petición y rascándose su estómago marcado, le abrazó y besó el hombro — verás —Zayn sacó su teléfono celular y comenzó a enseñarle todos los correos electrónicos— fui aceptado en prácticamente todos los lugares que ofertan programa de artes. Sin embargo, ahora es el exceso de posibilidades las que no me dejan estar en paz. ¿Qué hiciste tú cuando entraste a la Universidad?
— Mi familia es de viejos ricos —susurró— así que no tenía otra opción más que entrar a la que mi abuelo dijese. Yale.
Posterior a levantarse de la cama y bostezar, se estiró llevando las puntas de sus dedos hasta el piso. Observó el celular con un montón de llamadas perdidas y lo arrojó al cajón, entre su ropa sucia. Volvió hacia donde Zayn y le tomó entre sus brazos, besándole la mejilla. Este seguía delirando sobre las decisiones que debía tomar.
— Tengo una opción A —dijo— que es una universidad estatal bastante cercana de aquí, así que no me alejaría de nadie a quien quiero. Además de que tiene muy buenas referencias como para introducirme al mundo laboral después de terminar. También tengo una opción B, que es una universidad privada pero no esta aquí. Me aceptaron y me prometieron una beca con la condición de que incluyera actividades de labor social como parte de mis materias a cursar. Me impediría trabajar pues pasaría ocupado casi todo el día, pero es un nombre pesado.
— Muchas veces vivimos por los demás, Zayn —comentó Liam, quien se había recogido a la cabecera de la cama y cruzaba sus manos embarnecidas por el ejercicio— cumplimos con expectativas que no son propias y hacemos de nuestras vidas cuentos para contarle a alguien que conocemos y queremos que sea feliz a expensas de lo que hacemos. ¿Realmente es lo que quieres, hacer feliz a todos alrededor tuyo con el costo de tu propia satisfacción? Haz tu vida, pajarito.
— Nunca estuve solo —dijo— siempre me han acompañado. Desde que nací, en ningún momento dejé de depender de alguien. Mi papá, mi mamá cuando se fue mi padre, mi abuela... y-yo... y-yo no me quiero ir lejos, siento que perderé todo lo que construí —comenzó a sollozar con fuerza. La decisión sería de otro día.
