Prólogo

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Primero que todo, cuando hablamos la magia, debemos considerarla como el fortalecimiento momentáneo de la red no visible que poseen algunas personas para conectar con cada componente de la naturaleza que les rodea. Debo aclarar que no todos son capaces de acceder a ella. Por cuestiones de genética, la mayoría de las personas son "némacos" (no-magos) incluso, muchos de ellos ignoran que estos sucesos realmente existan. Los de la otra parte, son reconocidos como hechiceros, categorizados como magos o brujos de acuerdo a la inclinación de sus habilidades, ya sean hacia la luz u oscuridad. Nadie conoce desde cuándo sucede, ni cómo surgió, pero se sabe que es la expresión de la naturaleza misma por sostener el balance entre el bien y el mal como ambas caras de una misma moneda.

     Las primeras manifestaciones suelen aparecer en edades tempranas, cuando son más susceptibles y puros. Durante esta etapa son descubiertos por los parientes magos más cercanos, quienes deberán bautizarlos para sellar su posición ante la magia, previniendo las energías opuestas al interés familiar provocadas por pensamientos y decisiones tomadas en las edades controversiales como la adolescencia. Cabe mencionar que a algunos hechiceros se les pueden nublar las habilidades, y otros, incluso desarrollan algunas nuevas; todo en dependencia de la intensidad y la fluctuación de las emociones. Existen quienes después de muchos estudios, alcanzan un nivel de desarrollo capaz de burlar algunas de las reglas básicas de la magia que han sido forjadas con encantamientos antiguos muy poderosos de los que no tenemos conocimiento hoy en día.

     John Kendo era un némaco que se había dedicado al estudio de la Historia de la Magia a través de los años. Conoció a su madre justo cuando la abuela le realizaba el ritual que se le hace a una mujer némaca descendiente de un mago para activar el gen que pasará a su primogénito en el futuro. Su padre solo buscaba aprender y terminó enamorado. De esa relación nació Ryan Kendo como el primer mago de su generación. Cuatro años después nació Darys, su tan amada hermana.

     Ryan: "Aún recuerdo la sensación que tuve al verla por primera vez; tan frágil y con esos ojazos tan despiertos como si ya me reconociera."

     Realmente, cuando pensaba en su infancia, la recordaba siendo un niño común, sin nada raro ni llamativo. Sin embargo, en la adolescencia, durante el estado de sueño, comenzó a presenciar escenas próximas a suceder, así como sensaciones de estar experimentando la misma situación en el mismo escenario por segunda vez, algo que los psicólogos némacos explican como "cortocircuito en el cerebro" y lo que su abuela Mara definía como deja-vú, visiones o premoniciones. Ella tenía un talento natural que era la adivinación, por lo que automáticamente se dedujo que él compartiría su mismo don. A partir de ese momento, su abuela y tutora comenzó a enseñarle todo lo que sabía al respecto. Tenía un libro muy antiguo al que llamaba "Grimorio", el cual contenía los encantamientos y conocimientos básicos de la materia, además de muchas anotaciones hechas por ella y sus antecesores. Durante todo ese tiempo el vínculo entre ellos se fortaleció bastante, hasta que unos años después, Mara falleció de una enfermedad que había estado avanzando de forma silenciosa. Cuando recibió la noticia, algo dentro de él se rompió —¿Cómo es posible que no hubiese previsto esto?—. Maldijo la magia, menospreció el talento que le fue dado, ofendió a la naturaleza misma y por ello, poco tiempo después, perdió su don.

     Ryan: "Resultó ser una época muy difícil ya que me había ido de casa, aunque no me había sentido solo hasta ese momento, incluso, me aislé de mi familia prefiriendo pensar que ellos se habían alejado de mí."

     Unos meses después, su hermana lo buscó para decirle que se encontraba manifestando un poder que según John, ella no debía tener. Resulta que, uno de los misterios de la magia radica en que no existía registro alguno de que una madre hubiera dado a luz a dos seres mágicos y hasta ese momento se creía algo imposible. Nunca hubo hechiceros que fueran hermanos, por lo que, fue toda una novedad para más de uno y un rumor que se esparció como tormenta de arena. En su visita, Darys era portadora de dos noticias más; la prima Elena se desarrollaba como psiphora y el Grimorio de la abuela había desaparecido misteriosamente del altar, por lo que de momento, Ryan debía enseñarles a ambas lo que había alcanzado a aprender.

     Sus condiciones de vida no eran las mejores en ese momento. Trabajaba como asesor de Marketing y se esforzaba por no perderse de la misma manera que había perdido su carrera universitaria. Por momentos, parecía que algo superior aún lo castigaba por maldecir su don, ya que nada le salía bien. Muy por el contrario a la adivinación, todo resultaba al revés de como lo visualizaba, pero aún así, la invitó a vivir con él y de esa manera, trabajarían juntos en su desarrollo como vidente. Con la muerte de su abuela quedaron tres magos; una vidente sin ideas de por donde comenzar, un hechicero que no podía hacer magia y su prima la psiphora, con su raro y peligroso don. Peligroso incluso para ellos, entre tanto no alcanzara el control necesario.

     Darys era buena, ¡sí que lo era! Los ejercicios eran intensos y cada vez alcanzaba llegar más lejos, pero el desgaste cerebral era demasiado y no tardó en hacerse notar la tarde que de repente, cayó al suelo desmayada sin razón aparente.



El nigromante y el vampiroUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum