7

13.8K 1.1K 172
                                    

"Me dejé llevar señores"

William Ray.

Una semana, exactamente había pasado una semana y desde aquel beso en la piscina, no veía a Caleb, su tía visitó a mi padre en más de una ocasión y dijo que estaba de viaje.

Había desaparecido.

Yo no me lo podía sacar de la cabeza, no creí que esto me estaba pasando, sentimiento nuevos crecían en mi interior y se sentía tan real que me daba miedo reconocelo.

Después de una estresante clase de biología, estoy en el baño de chicos. Acuno mis manos ante el grifo y refresco mi cara con el agua fría. No estoy solo, algunos están fumando en la ventana y otros están en los cubículos.

La puerta se abre con un fuerte estruendo y todas las miradas caen sobre él.

— Salgan ahora — gritó y golpeó la pared con sus nudillos.

«Agresivo»

Todos le hicieron caso como si fuera el mismísimo Dios, me quedé mirándolo unos segundos y luego con intensión de irme di un paso pero este le dió una patada a la puerta y la cerró.

— ¿Qué quieres Caleb? —me encogí de hombros— si me permites te voy a dejar solo, como acabas de pedir.

— No juegues conmigo, Ray — siseó entre dientes, me agarró del cuello y me estampó contra la pared — sabes muy bien que solo es contigo.

Suena violento, pero no era así, fue brusco sin pasar el límite de hacerme daño, simplemente ejercía presión y yo quedé acorralado entre la maldita pared y su cuerpo.

Tenía los nervios de punta.

— No Caleb no sé, porque ahora te enfadas, luego me besas y después desaparecer. Y yo no entiendo una mierda.

— Déjame explicarte — su aliento a menta chocó contra mi rostro, entre abrí la boca esperando un beso que nunca llegó.

— No quiero que me expliques nada.

— No quieres que te explique nada pero ibas a dejar que te volviera a besar.

«Para que decir que no, me cansé»

— ¿Y si es así qué? —le reté.

— Empezarás un juego que no sabes jugar.

— Pruébame — le volví a retar.

— Encantado.

Soltó mi cuello, para comenzar a desabrochar mi pantalón, sin dejar de mirarme fue bajando lentamente hasta la altura de mis caderas y agarró el elástico de mi bóxer.

«Yo no me refería a esto»

Se burló al ver mi rostro de espanto, no le culpo siento mis mejillas arder, mis piernas parecen gelatina, mis manos me comenzaban a dudar, no quiero ver mi cara. Soy más nervio que persona en este momento.

Liberó mi erección, cosa que no sabía que estaba excitado hasta el momento que su lengua tocó la punta de mi pene y luego la chupó.

— Mierda —escupí por la nueva sensación. 

— ¿Quieres que me detenga?

— Quiero que comiences — ordené de una manera que me hizo lucir desesperado.

Asintió con cara de satisfacción y se llevó toda mi masculinidad a su boca, por inercia lleve una de mis manos a la boca para callar mis gemidos.

Deslizó mi polla en su boca cálida y húmeda, sus labios se encontraban separados en forma de O, me permití mirarlo fijamente.

Quería esto, luego me arrepentiría pero ahora me sentía de maravilla.

Gruñendo en el fondo de mi garganta agarré a Caleb por el cabello y mis caderas se mecian solas en busca de más y más placer. 

Él gimió y abrió un poco su boca, empujé mi polla con más fuerza. Sus labios se cerraron a mi alrededor, para comenzar a chupar.

Mientras se deslizaba por mi falo  lentamente arriba y abajo sin llegar a sacar por completo mi longitud, sentía las paredes de su garganta bien a fondo. Mordí mis dedos cuando sentí sus manos ahuecar mis testículos. Chupó una vez más y de inmediato, mi cuerpo se tensó. 

—Joder, —chillé profundizando mi agarre en su cabello. Voy a correrme en su boca.

Intenté salir pero no me lo permitió, su respuesta fue apretarme más fuerte con sus manos en la parte posterior de mis muslos. Quería eso, lo sabía, cuándo miró hacía arriba fijamente pude notarlo. No me dejó que fuera a ningún lado.

Un gemido profundo escapó de mi garganta cuando mi semen se disparó en su boca. Lo tomó y lo bebió, respirando con dificultad, sacó mi polla lentamente y la lamió por completo sacando hasta la última gota con su lengua antes de tragarla.

Se incorporó lentamente y se inclinó quedando a centímetros de mi boca.

— Pruébate a través de mi — dicho así me sonó lo más sexy de mi vida y me dejé llevar.

Estampé mis labios contra los suyos, un sabor agridulce junto a su lengua invadieron mi boca y debo decir que me encantó la manera en que me tocaba, me succionaba y chupaba con fuerza todo mi ser, mi cabeza hizo CLIK recordé;

«Es Caleb Burck, no seas estúpido»

Reuní fuerzas y lo empujé con mis manos aún temblorosas por lo ocurrido.

— Aléjate por favor —mi voz fue casi una súplica. 

— ¿Por qué Ray?

— Will, me llamo Will, llámame así —perdí el control— o mejor no me llames nunca.

— Venga —bramó— no te pongas bravo por gusto —su boca se curvo en una enorme sonrisa— Te acabo de dar la mejor mamada de tu miserable vida. No seas cobarde.

— Yo no soy ningún cobarde, tampoco soy gay y esto — señalé la situación en un círculo— No me agrada ni un poco.

— Por cierto Ray —pronunció mi nombre lentamente— Guardate  tu polla.

¡Mierda!

Sentí como mis mejillas comenzaban arder, torpemente hice lo que me pidió y recomodé mi pantalón.

— Esto te gustó, te encantó y eso te molesta . Admítelo y te sentirás mejor —se largó sin darme oportunidad de hablar.

¡Joder!

¿Qué acaba de pasar?

¿Por qué me dejé?

Deslicé mi cuerpo por toda la pared hasta tocar el suelo y esconder mi rostro entre mis manos. Cosas como estás lo único que hacían era llevarme al límite y perder la cordura.

La Bestia ✓On viuen les histories. Descobreix ara