2. Heridas de batalla.

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- Es asombroso ¿no te parece? - Jungkook estaba sentado vendando la rodilla de su compañero Hoseok quien tenía una lesión antigua que siempre lo molestaba, este volteó hacía donde Jungkook tenía la mirada.

Jimin entrenando en un combate, eso los tenía a varios embobados.

- Es bueno con la espada. - dijo sin cuidado regresando a su labor.

- No es nada de aquel chico inseguro que trabajaba en aquella cafetería ¿Verdad?

Jungkook no contestó solo siguió vendando la rodilla de su amigo.

- Ahora es el mejor guerrero de todos.

- Te olvidas que utiliza mi energía. - se quejó molesto.

- De que sirve tu energía si tú no la puedes ocupar idiota. - Jungkook jaló la venda haciendo que este se quejara. - Bueno, bueno, tienes razón, eres muy poderoso tú también.

- Es por mi qué él puede hacer esas grandes hazañas con fuego.

En una expedicion de caza hacía muchos años Jungkook había encontrado con su pareja destinada, en una cafetería siendo un mesero, una muy improbable casualidad que le había cambiado la vida para siempre.

La aparición de Jimin había sido una esperanza para todos los que como él sufrían de dolor por contener altos niveles de energía en sus cuerpos.

La energía era poderosa para la batalla si, pero si está se acumulaba terminaba por lastimar, consumir está energía era el trabajo de las hembras de su especie.

En su caso un chico.

Jungkook volteó a dónde Jimin combatía y su mente le trajo el momento en que se habían conocido. Él era un chico que temia al fuego, que ironía.

Pero cómo un idiota sonrió al recordar de nuevo esa sensación de alivio que había producido el contacto con su mano, no la había soltado hasta que él dreno de manera inconsciente todo el exceso de energía que lo lastimaba.

Luego sus mentes se habían únido en un único pensamiento logrando rápidamente conocerlo profundamente sin que él lo pudiera notar.

- ¿Saldrán de nuevo hoy?

- Si, pero sera una salida rápida.

- Espero que les vaya bien, Woow mira eso, le ganó a Suman.

Jungkook volteó de nuevo dejando la rodilla de su amigo en el suelo, sin querer se había quedado un largo rato mirándolo. Pero incómodo se quejó por la manera en que los admiradores lo vitoreaban, Jimin por supuesto sonreía.

- Es un chico tan apuesto cuando sonríe.

Jungkook se levantó.

- Oye a dónde vas ¿Qué dije?

- Tengo que prepararme. - y no quería seguir escuchando más.

Cruzó el área de entrenamientos ignorando por completo a Jimin.

No y no era por qué no quisiera ser amable si no por que Jimin había dejado muy en claro que no quería nada que viniera de él.

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- Te dije que hoy sería el día perfecto.

Jimin bajó de su moto aún costado de los grandres árboles.

Una semana había pasado para que el pronóstico de lluvia los beneficiara.

Con su mano Jimin encendió una mecha la cuál Jungkook módulo para que se hiciera más grande, alumbrando así la entrada de la cueva que estaba más adelante.
El piso rocoso no hizo su caminar silencioso, incluso cuando se acercaron el eco de sus respiraciones estaban agrandadas.

El Dios del Fuego.Where stories live. Discover now