10. Una promesa de Fuego.

480 81 5
                                    

Jungkook esa mañana se había despertado muy temprano por el ruido de la espada que cortaba el viento.

Se estiró incómodo por la ropa que vestía, pero no quería tener momentos extraños con él por las mañanas. Ante todo quería conservar el respeto entre ellos.

Calló sus pensamientos rápidamente cuando estos tiraron hacia ideas extrañas, se estiró asomándose por las persianas entreabiertas bostezando.

Jimin estaba entrenando con su espada haciendo figuras perfectas con un solo un pantalón de vestimenta. La mirada de Jungkook absorbió esa imagen y al instante dio la vuelta regresando hacía la cama para seguir durmiendo.

No podía pensar en nada, por qué era seguro que él lo estaba escuchando, había intentado lo de la piedra, pero no había servido de nada.

🌟

- Llegas tarde - Jungkook se sentó al lado de Jimin, había perdido el desayuno por haberse quedado dormido de nuevo.

No estaban solos esa parecía una plática para varias parejas más.

Eso era raro.

En verdad lo era, pero se percató que nadie más les prestaba atención a ellos dos por ser hombres ambos.

Miró al frente sintiendo dolor de estómago.

- ¿Trajiste algo de comer?

- La muerte por falta de alimento es posible - Jimin no había volteado así que fue Jungkook el que lo miró detenidamente, tenía el cabello húmedo y parecía sereno.

- Sé que lo esperas, pero no sucederá.

- Es divertido imaginarlo, sería libre al fin - Jimin sonreía y Jungkook se sintió fastidiado.

- Eso definitivamente no ayudará a qué tu fuego regrese.

- He pensado que nada de esto funcionará, así que deberíamos de dejar de perder el tiempo.

- Yo que tú no desafiaría a Yoongi.

- ¿Por qué? ¿Acaso le tienes miedo?

- ¿Qué demonios desayunaste? ¿cuchillos?

- Desayuné bastante fruta si esa era tu curiosidad, creo que seguir aquí hará que mi fuego en verdad desaparezca.

- ¿Cómo estás tan seguro?

Jungkook se sentía frustrado por qué no lo lograba entenderlo.

Si tan solo logrará leer su mente.

- Justo por esa razón. - dijo Jimin.

- ¿Cuál?

- Jamás dejaré que leas mi mente, entonces qué demonios hago tratando de meditar, solo pierdo el tiempo.

Vale eso tenía más sentido para Jungkook, no sabía cómo ayudarlo, pero algo que si sabía era que al menos meditando era más experto que él y eso le hizo sentir bien.

- Vete al carajo.

- No había notado que siempre estás en mi mente.

- Ya te dije que eres muy ruidoso para mí, solo te callas cuando meditas, en eso es en lo único que debería enorgullecerte.

Tal vez si se sentaba del otro lado de la sala aquella pelea se acabaría.

Él tenía la facilidad para hacerlo querer batir una pared con sus puños.

Jimin abrió la palma de su mano y se concentró.

- ¿Qué haces?

- Sigue con eso que estás haciendo.

El Dios del Fuego.Where stories live. Discover now