19. La Gema del dragón.

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La proporción de los labios de Jimin era desconocida para Jungkook, sorprendido de su voluptuosidad los acarició de forma suave apretándose ligeramente contra ellos, le gustaban.

El impulso proveniente del rubio le decía que no debía de ser delicado a pesar de su apariencia sedosa, pero es que Jungkook no estaba seguro si aquellas sensaciones tan fuertes eran de origen afables para él, así que no quería ser brusco, el temor a lastimarlo de nuevo estaba presente.

Era equivocada la idea de que la redención llegaba de forma premeditada, en su experiencia podría decir que esta llegaba en el momento álgido del éxtasis. Este era recibido tranquilamente forma cálida así que no había duda alguna que aquel acto no tenia mas intensiones que el de saciar su deseo.

Lo sostenía entre sus manos tomando sus brazos sintiendo como estaba en tensión y de pronto se relajaba, eso no lo esperaba.

Sin miedo acarició de nuevo sus labios, el estremecimiento cautivó por completo sus sentidos y pudo ver en su mente cuan satisfactoria era aquella caricia para él, la lumbre ardía por debajo de su piel y quemaba cada célula de su cuerpo. Intencionalmente Jungkook irradió con su energía aquel sensible cuerpo y pronto escuchó un quejido de placer.

La delicada entrega estaba resultando demasiado simple a primer plano, pero Jungkook y Jimin tenían sus mentes en una sola sintonía, a él le gustaba y eso lo llevó a repetirlo de nuevo una y otra vez mientras que se acariciaba contra sus labios.

Su intensión ahora era de diferente naturaleza, estaba consciente de lo que estaba provocando en él, lo atrajo hacía su cuerpo haciendo que el contacto con el fuese mas cercano, con suavidad acarició su hombro para después deslizar una mano por detrás de su nuca. Escuchó algo parecido a una queja, pero Jungkook solo logró decirle mentalmente que confiara en él.

Jungkook deslizó lentamente su lengua dentro de la apertura de sus labios y fue el momento en el que lo empezó a desear, quería hacer aquel ritual todos los malditos días de su vida, estaba seguro de que aquella esponjosa textura y sabor dulce se volverían parte de su necesidad.

En el siguiente segundo el beso inocente había sido cambiado por uno más profundo, ahora no solo sus labios se acariciaban si no que sus lenguas bailaron por primera vez juntas, eso le gustaba, su piel, su aliento y la forma en que reaccionaba a él, admitió para si mismo como un tipo de emoción cálida en su pecho, seguía enviando ondas de energía a su cuerpo que hacían que ambos se estremecieran.

Jimin no ponía resistencia alguna, tan relajado como excitado estaba en ese momento que se vio completamente entregado a las caricias del pelinegro, Jungkook podía ver en su mente lo mucho que le gustaba ser besado por primera vez de esa manera.

Pero tras varios suspiros ahogados la mente de Jimin se convirtió pronto en un poso de éxtasis. La mano de Jimin fue a su pecho y lo alejó lentamente, no tuvo que preguntar que sucedía, Jungkook era consciente de cada una de las sensaciones que estaban en el rubio, sin embargo, en el reel de sus pensamientos encontró ciertas cosas que lo impactaron.

- ¿Cómo? – Dijo Jungkook buscando su mirada que ahora estaba baja, tiró de aquellos pensamientos y sus manos finalmente soltaron aquella piel cálida. Dio un paso atrás. - ¿Esto ya lo sabias? – No podía ser cierto, con desconfianza analizó las escenas que había en la mente de Jimin en forma de recuerdos, cuando habían incendiado el bosque, la forma en que el siempre se había alejado para esconderle esta situación a él, en el templo la noche en que Jungkook había puesto su mano en el centro de su pecho.

Jungkook quien acababa de experimentar el cielo hacía unos momentos atrás se sintió llevado al otro extremo.

- Ahora que ya lo sabes espero que no te metas en mi camino - Jimin no lo veía, solo limpió sus labios con el reverso de su mano como tratando de borrar las marcas de sus besos en ellos. Luego dio la vuelta y comenzó a caminar en sentido a la ciudadela.

El Dios del Fuego.Where stories live. Discover now