25. Una realidad distinta.

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Pov. Jungkook.

💜

Su cuerpo dolía como el mismo infierno.

Tal vez tendría algunos huesos rotos por la caída.

Se movió un poco pero sintió que cada terminación nerviosa estaba molida.

—Jungkook por favor no te hagas el payaso, ni siquiera te golpee tan duro.

La voz de Hoseok le hizo abrir los ojos para comprobar que en verdad estuviera el allí. Estaba en la ciudadela, podía escuchar el ruido de esta y su aroma peculiar a humo de leña y a bosque, tardó un poco en enfocar la mirada hasta ver el rostro de su amigo.

—¿Dónde está Jimin?

Su voz salió como un quejido. Joder la última vez que se había sentido así había sido hacía muchos años. La tensión parecía doblar sus huesos cuando trato de enderezarse. Se venció de momento y cayo de nuevo en el suelo.

—¿Jimin? ¿Jungkook estas bien?

—Este tocó su mejilla con sus dedos fríos —En verdad soy un maldito fortachón ehh. —Este se reía.

—El estaba tomando mi brazo

¿Dónde está? ¿Cómo llegue aquí?

—¿Te estas drogando o algo así?

Jungkook se alcanzó a quejar un poco cuando escucho decir a su amigo que iba a pedirle ayuda a Yoongi, escuchar ese nombre le hizo volver a sentir furia, el idiota ese había tenido en su poder la gema y por alguna razón la había utilizado para hacer cosas, se aguantó el dolor y se sentó de golpe.

—¿Dónde está Yoongi? Maldito desgraciado como pudo poner a todos en riesgo.

Hoseok lo ayudó a levantarse. Pero había algo extraño en él.

—¿Qué demonios de hiciste en el pelo?

Su amigo tenía el cabello platinado al igual que lo había traído muchos años atrás.

Este lo miro extrañado.

—Sera mejor que vayamos con el líder.

—Suéltame, puedo caminar.
Jungkook se jaló y fue a dar al suelo.

—¡Demonios!

Se levantó de nuevo y comenzó a caminar.

Todo lucia tan distinto, pero eso no le importo. Quería golpear al idiota ese y luego debía encontrar a Jimin. Le costaba respirar era como su cuerpo fuese comprimido. Como si la energía lo estuviera sofocando.
Como si no tuviera pareja.

Se detuvo.

Él no estaba canalizando su energía.

“¿Jimin dónde estás?”

Tampoco lo sentía en su mente.

Abrió su mano y la movió notando que esta dolía.

Algo de aquello no le gustaba.

No podía haber muerto, porque entonces los dos lo hubieran hecho.

En lo absurdo de la situación se vio positivo al saber que fuese lo que fuese que ocurriese ellos estarían juntos de nuevo.

—¿Me estas asustando?
Hoseok caminaba a su lado.

—¿Solo tengo que saber dónde está Jimin? Estaré  mejor cuando lo encuentre.

—Jungkook de que hablas ¿Quién es Jimin?

El pelinegro se detuvo y lo miro furioso.

—Mi pareja, Jimin, el rubio,  el maldito dios del fuego, no me jodas en este momento Hoseok, no estoy para tus bromas.

El Dios del Fuego.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن