𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
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Cuatro horas antes...
Nyoko no volvió a su curso pasado el almuerzo, saltándose 3 clases después de que se robara las miradas de sus nuevos compañeros al chocar con el rubio cenizo. No le importó llevarse un regaño de su tutor en una llamada o un castigo por parte de sus maestros cuando la encontraron. Nyoko no podía jugar a ser una estudiante normal si sentía que su cuerpo estaba a punto de colapsar.
El baño de chicas del tercer piso de su secundaria fue el único testigo de cómo tuvo que respirar hasta el punto de que sus pulmones jadearan por descanso. Y de cómo luego, con sus manos, tuvo que tallarse el rostro con agua para relajarse y controlar aquella maldición inmersa entre sus venas, amenazando con florecer. Las gotas de agua mojaban su frente. El leve maquillaje que solía llevar cada día, se fue al diablo una vez se vio reflejada en el espejo, horrorizándose en el acto.
Que desastre, pensó, cerrando el grifo del lavamanos, apoyando su frente en el espejo. En este punto, las sienes le palpitaban y la garganta le hormigueaba con un mal sabor en la boca. Tuvo suerte, logró contenerse a tiempo. Seguramente luciré como un zombie, como uno de los caminantes de The Walking Dead.
