𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
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Desde que era muy joven, Nyoko aprendió que la vida no era justa, no con ella.
La vida no fue justa desde que dejó de escuchar las risas de su padre retumbando en su hogar cuando la parca llegó reclamando por su alma. La vida no la trató bien desde que su madre la dejó bajo los cuidados de Ryūnosuke Fudō cuando la amargura provocada por la muerte de su esposo la superó completo. Suté no podía seguir criándola sola, no cuando cada noche rompía a llorar gritando un solo nombre. Kageura Kage.
Su vida se convirtió en un auténtico infierno cuando los primeros golpes fueron solo indicios de lo que el destino le tenía preparado. Ryūnosuke Fudō nunca fue un hombre que se caracterizaba por ser amoroso, no cuando el sadismo y la maldad inundaban cada parte de su ser, buscando contagiarla con el.
La vida no es justa y nunca fue justa para ella.
Ryūnosuke Nyoko ha aprendido muchas cosas debido a todo lo que ha tenido que enfrentar. Y entre ellas, aprendió profundamente el nunca pedir nada porque sabe que nadie la escucharía. Nadie se tomaría el tiempo de contemplar sus plegarias y velar por su seguridad. Nadie se tomaría el tiempo de cumplir con sus caprichos infantiles entre risas y sueños inimaginables. Nadie se tomaría la molestia de quedarse a su lado si tuviera miedo o no pudiera dormir... Cuando estuvo totalmente sola y desde que Fudō tomó el control de su vida, Nyoko aprendió que nadie cuidaría de ella como lo hacía su madre, nunca más.
