𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
Miércoles. Habían pasado días tranquilos desde que la noticia que All Might siendo profesor en Yūei había sido una completa bomba mediática. Nyoko no recuerda haber visto tantos periodistas en su vida; ni mucho menos, pensó que esa misma turba que la encerró a ella y casi le hace tener un ataque nervioso, tendría las agallas de entrar a la academia sin autorización previa. Todo por lograr entrevistar al símbolo de paz.
Carajo, ni de lejos ella se imaginaba la presión que sentirían los profesionales con respecto a tener cámaras y micrófonos siguiéndoles el paso; todo para conseguir un buen artículo que escribir en un diario.
Los humanos son extraños.
Cuando fuera un héroe, Nyoko se aseguraría de llevar una vida privada todo lo que fuera posible. La sola idea de que su loca fascinación por el Peyoung Yakisoba fuera escrita en un artículo de una revista, le provocaba escalofríos. Ya podría imaginarse el título de la noticia: «¡Heroína de las sombras, Ryūnosuke Nyoko, recomienda comer cada día un paquete de comida chatarra que un bowl de vegetales frescos! ¡Fotografías infraganti así lo demuestran!»
Verdaderamente aterrador.
Podría decirse que estaba en su mejor momento. Sus heridas habían sanado gracias a Recovery Girl y el amigo de su padre, llamado Ally. Estaba cumpliendo su sueño estudiando en su academia soñada; viviendo en la zona más tranquila de lo ajetreada que era Musutafu. Comenzaba a tener amigos y aunque no hablara mucho, ellos se esforzaban en incluirla en todo tipo de conversación aun así esta no tuviese sentido. Inclusive, su hermano había dejado de buscar como un sabueso los paquetes de Peyoung Yakisoba y Dorayakis que ocultaba por todo su departamento. E incluso, Tuma había salido de viaje de emergencia a Kioto, llevándose todas las malas vibras que dejaba por todo su hogar, rompiendo el hechizo que tenía con su hermano. ¡Atsushi le había convidado ir a la playa el fin de semana! ¡Era fantástico! Ojalá su cuñada se muriera en el transcurso de su viaje y no volviera jamás. Suficientes fantasmas tenía en su pasado para agregarle uno más.
