𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
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—Justo ahora, la primera persona en regresar al estadio es... ¡es...! ¡Midoriya Izuku! ¡Midoriya Izuku acaba de lograr lo imposible!
Midoriya Izuku.
Midoriya Izuku...
Izuku.
Mirada amena y verdosa, un millar de pecas distintas queriendo recrear galaxias, recuerdos cálidos y felices, una gran voluntad de hierro y un grito de un verdadero héroe castigando sus oídos...
La tormenta empeoró y el impacto de un rayo bastó para cegar y detener cada movimiento, cada pensamiento y cada próxima acción que en frenesí, estaba a punto de cometer. Entonces, algo la golpeó por la espalda y como si se tratase de una mariposa, de rodillas, Nyoko se sintió caer y caer...
Sus alas parecieron plegarse contra su espalda con pegamento y el suelo estaba cada vez más cerca que el cielo. Nyo revoloteó y luchó por volver a volar como un animal moribundo queriendo sobrevivir a su destino, pero con su cerebro aturdido, no podía aspirar a lograr un gran cambio.
Ella lo sabía, sabía muy bien lo que pasaría cuando el destino tiró los dados sin cruzar sus dedos. El negro nunca iba a proliferar contra el blanco más puro y benevolente de todos; aunque se esforzara por brillar al máximo con una naturaleza fuera de lo común, aunque luchara por hacerse notar con desespero, aunque gritara buscando llamar la atención...
