II. Ni creas que te desharás de mí

2.8K 411 158
                                    

Aún seguía por así decirlo en "shock" con lo que acababa de pasar en los últimos 10 minutos. Una mujer de la nada me arrastro a un callejón oscuro y luego me lanzo un bebé, que viéndolo bien no podía tener más de un año, hasta se veía algo ¿Adorable?

No Shen Jiu, no te dejes engañar por esa carita de ángel.

Fruncí el ceño y en ese instante, el bebé me miro. Podía jurar que por un instante sus ojos fueron rojos, pero claramente eran negros, ¿Cómo puede ser eso posible?

Seguí desconcertado hasta que un grito me saco de mi estupor, que me hizo levantar la cabeza para ver qué pasaba.

—¡Busquen por todo el pueblo, no dejen que mi Omega se escape, y sobre todo tráiganme a ese demonio!

La voz de ese viejo sonaba muy retorcida, y hasta cierto punto escalofriante. Al instante un montón de gente con túnicas amarillas empezaron a correr por toda la ciudad buscando a alguien.

¿Podría ser que estén buscando a esa extraña mujer y a este bebé?

Baje la mirada para verlo y tratar de pensar que hacer.

Ni se te ocurra, maldita escoria, si te atreves a entregarme a ellos, juro que te arrastrare conmigo.

Claramente podía ver en esos ojos verdes, que estaba pensando si abandonarme o no. Siendo la escoria que es, seguro elegirá abandonarme.

Si caigo yo, tú te viene conmigo Shizun.

—Niño me dejas ver al bebé que tienes en brazos.

Me agarré lo más fuerte que pude de sus ropas.

Aunque sea lo último que haga te arrastrare conmigo.

Sentí como unas manos ajenas me agarraban por atrás, pero de inmediato estas me soltaron, cuando unos brazos pequeños en atrajeron a su pecho.

—¡Suéltalo!

Y salí corriendo. Qué se supone que estoy haciendo, este niño solo me traerá problemas, debí entregarlo, ¡AH! Que frustrante, que hare con este mocoso ahora.

Baje la cabeza mientras corría para ver unos ojos negros bien abiertos observándome.

—¡Que me ves mocoso!

Sorprendentemente no me entrego, pero ¿Qué planea hacer conmigo ahora? ¿Por qué viste con esta clase de ropa? No se supone que Shizun era un joven maestro de alguna familia acomodada.

—¿Xiao Jiu de donde sacaste ese bebé?

—No es de tu incumbencia.

Aleje un poco mi cara de su pecho, para ver a quien pertenecía esa voz. Pero al ver al niño por alguna razón se me hizo un poco ¿Familiar?

Shizun se paso de largo, sin dirigirle otra palabra. La cara del niño al ver que Shizun lo ignoraba, era muy divertida, que daban ganas de reír.

Caminamos, o al menos Shizun camino, porque yo seguía en sus brazos. Salimos de la ciudad.

Miraba extrañado todo el camino. Solo había arboles a donde quiera que giraras la cabeza.

Acaso...... ¡NO! ¡NO TE VAS A DESACER DE MI TAN FACILMENTE ESCORIA!

Me aferre con todas las fuerzas que tenía a sus ropas, como esperando que en cualquier momento me alejara y me votara en alguna parte del bosque.

Pero muy en contra de mis pensamientos, sentí una "cálida" mano acariciando mi espalda, mientras susurraba.

La escoria no es tan ¿Escoria?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora