VIII. Soy un Omega

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A Shen Jiu realmente no le importaría mucho lo que pasara con este pueblo, pero recordando el rostro de todas esas abuelas que habían sido tan amable con él y sus retoños, la sola idea de dejarlas a su suerte le hacía doler el corazón.

Tomando su decisión, Shen Jiu alejo a A-yuan de sus brazos protectores, y se agacho para entregárselo a Binghe, todo esto ante la mirada desconcertada de los alfas, que recién caían en cuenta que había un bebé con Shen Jiu.

—Binghe, toma a A-yuan y vuelvan a casa, yo iré más tarde ¿Sí?

—Jiu-ge, A-yuan llorara si no te ve —Shen yuan que hasta ahora había estado entretenido con el drama que estaba ocurriendo, se sintió ofendido que el protagonista principal dijera, que lloraría porque su A-Niang no estuviera con él, trato de forzar una sonrisa amarga en su cara de bebé, y como queriendo vengarse de que lo estuvieran difamando así, levanto su manita para jalar la mejilla de Binghe. Ser un bebé tenía sus ventajas, por muy siniestro que fuera el protagonista principal, no sería capaz de golpear un bebé, o eso es lo que había aprendido en su estadía viviendo con él.

Viendo la escena, Shen Jiu sonrió divertido, se acercó y dejo un beso en la mejilla de ambos niños, luego los empujo por el camino para que se fueran, mientras él se adentraba en el mar de fuego.

Binghe era recio a dejar a su Shizun con esos alfas, así que corrió al bosque y cuando estuvo fuera de la vista de todos, volvió a su forma original, para desenfundar a Xin Mo, abrir un portal directo a la cabaña. Entro buscando el pequeño corral de A-yuan, y simplemente lo dejo ahí con algunas mantas y luego abrió otro portal, para regresar con su Shizun.

A-yuan se sentó en su corral refunfuñando, viendo que se perdería todo el drama, y en su interior mandando un montón de críticas al protagonista principal, por dejar a un bebé indefenso con él, simplemente con unas mantas, y sin prorroga de que alguien pudiera venir a robar a la cabaña, aunque era poco probable con todas las trampas que había armado su A-Niang alrededor de la cabaña, como protección. Sin nada más que hacer, lo único que le toco fue dormir hasta que volvieran, y poder enterarse del chisme.

Por otro lado, Shen Jiu se encontraba corriendo por la ciudad en llamas, directo a la casa de las abuelas, pero al llegar lo único que lo recibió fue un mar de sangre, y varias personas con espadas y dagas, en manos llenas de sangre, y otros sacando las cosas de valor de las casas, esto no era otra cosa que matar por algo de valor, el pueblo entero había sido prendido en llamas solo para robar.

No comprendía porque el destino siempre era tan duro con él, cuando era pequeño sus padres lo vendieron solo por un poco de dinero, tuvo que mendigar en las calles, y su único consuelo en esa época fue Binghe, luego él se fue y él fue vendido a las peores personas que pudo haber, pasando atrocidades hasta que pudo escapar, y ahora cuando por fin creyó poder vivir en paz, y tener algo de la calidez de una familia, tenía que pasar esto.

—Oigan muchachos ese de ahí no se ve tan mal, podría ser vendido por un buen precio a los ricos, ¿No lo creen? —Entendiendo la orden de su líder, todos esos rufianes se acercaron peligrosamente a Shen Jiu con cuchillo en manos, queriendo someterlo para amarrarlo y llevarlo junto a las otras personas que querían vender.

Los dos alfas que por fin se pudieron poner al día con el omega, se toparon con la escena de personas amenazando con sus cuchillos al omega, listos para entrar en acción y salvarlo. Solo se quedaron pasmados al ver que todas esa persona que se atrevieron a alzar su cuchillo en Shen Jiu, se encontraban ya tirados en el piso.

Al ojo de cualquier persona común, le era imposible saber que había pasado y solo podían suponer, que todas esas personas se habían desmallado, pero al ojo de alguien que había cultivado, podían ver el momento exacto en que Shen Jiu había introducido un poco de energía espiritual en su abanico, y usando esta como una espada filosa, había cortado a todos esos rufianes dejándolos desangrándose en el piso.

La escoria no es tan ¿Escoria?Where stories live. Discover now