XII. Sirviente

2.5K 306 104
                                    

Advertencia: No soy de poner advertencias ni nada, pero me veo en la necesidad de hacerlo para este capítulo, puede que haya un poco de violencia (tal vez demasiada, o bueno no sé cómo lo tomen ustedes) también ganas de matar a golpes a Mobei-Jun y a Liu Mingyu (Yo como escritora en este capítulo los quiero mandar hasta Júpiter de un golpe (ノಠ益ಠ)ノ)

Un alfa malhumorado se encontraba sentado en la parte delantera del carruaje conduciendo los caballos, refunfuñando de por qué él tenía que conducirlo, mientras que los dos omegas dentro de este, tomaban té.

En el instante que el carruaje se detuvo, todas las personas se amontonaron en él buscando ayuda.

—¡Joven maestro por favor ayúdanos! ¡Nuestros hijos han desaparecido uno por uno, por favor! —Los aldeanos de hecho no sabían quien estaba adentro, pero siempre que un carruaje se detuviera correrían a este a pedir ayuda, hasta ahora lo único que habían logrado era que los golpearan o los echaran, pero, aun así, se negaban a rendirse porque tenían la esperanza de que en algún momento alguien se compadeciera de ellos. Antes ya habían intentado enfrentar a los demonios, pero ninguno había vuelto de esa pelea.

Liu Mingyu quería decir que habían venido a ayudarlos, pero antes de que pudiera tomar la palabra, el carruaje se abrió y bajo un joven con abanico en manos.

—Vinimos ayudar, ahora cálmense —Todos se quedaron mudos ante la frialdad del omega.

Los aldeanos no sabían, si debían decir algo, o esperar a que el otro volviera a hablar. Fue una madre que había perdido a su hijo, que era lo único que le quedaba, la que se arrojo y sostuvo las túnicas de Shen Jiu llorando —Por favor salva a mi hijo.

Shen Jiu no sabía que decir, nunca había sido bueno consolando a nadie, y solo se quedó inmóvil mientras la mujer seguía llorando aferrada a sus túnicas. Viendo la situación, Shang Hua decidió ayudar a Shen Jiu, salió del carruaje y se encargo de separar a la mujer de Shen Jiu, tratando de calmarla.

Shen Jiu se volteo y se adentro en el bosque para buscar pistas, aún no se acostumbraba a trabajar con alguien más y mientras pudiera estar alejado de los demás se sentía mejor.

Obviamente Liu Mingyu lo vio irse, pero no hizo nada para detenerlo, él tampoco quería trabar con Shen Jiu, en cuando a Shang Hua, luego de terminar de calmar a los aldeanos, se volteo para buscar a Shen Jiu, pero no lo encontró.

Al atardecer, luego de haber buscado durante todo el día Shen Jiu por fin logro dar con él lugar donde estaban los niños, de hecho, en ese mismo instante quería matar a todos esos demonios y llevar a los niños de regreso, pero eran demasiados niños, y los demonios podrían hacerles daño en medio de la pelea, así que no le quedo de otra que regresar y traer al menos a Shang Hua como ayuda.

Shen Jiu no fue el único en volver luego de una exhaustiva búsqueda por el bosque, Liu Mingyu y Shang Hua, también regresaron, pero ellos no habían logrado dar con el lugar de los demonios.

Shen Jiu se acercó a Shang Hua, y lo empezó a arrastrar, Liu Mingyu viendo esto, supuso que Shen Jiu, ya había encontrado a los demonios así que lo siguió.

El lugar donde se escondían los demonios, era una cueva oculta por los árboles, era muy difícil verla, y uno podría pasar por su costado, y no te darías cuenta que había una cueva ahí. Shen Jiu tampoco la noto en un principio, pero un ligero llanto de bebé lo hizo descubrirla. No por algo había criado a dos niños, Shen Jiu era capaz de escuchar hasta el más ligero llanto de bebé, y esto realmente no se debía mucho a su cultivo.

Shen Jiu quería armar alguna estrategia para mantener a todos los niños a salvo, pero antes de siquiera poder hablar, Liu Mingyu ya había entrado a la cueva, Shen Jiu solo maldijo en su cabezo, y miro a Shang Hua enojado.

La escoria no es tan ¿Escoria?Where stories live. Discover now