Capítulo 26

415 35 15
                                    


Joel

-¿Qué?

-No me hagas repetirlo, por favor.

-Bebé...

-Solo...llévame lejos. ¿Si? Quiero que me recuerdes por que te amo.

Y en ese justo instante en que sonrió para mí, tan roto, tan vacío, tan jodidamente muerto por dentro, yo me hice la promesa muda de dedicar cada segundo de mi vida, cada latido de mi corazón, cara respiración de mis pulmones a hacerlo sonreir porque nunca antes en mi vida había sentido tan profundamente el dolor que me transmitió cuando lo hizo, cuando ese gesto que yo amaba, no llegó a sus ojos y en su lugar, fueron las lágrimas quienes se presentaron.

¿Quién podría ser capaz de hacerle daño al ser tan hermoso que era? ¿Qué persona cruel podría profanar su fragilidad y convertirlo en un recuerdo que marca el alma para siempre? ¿Qué hijo de puta carente de sensibilidad podría abusar de la inocencia de mi niño? No tenia lugar en mi mente para concebir semejante atrocidad, no había forma humana que me hiciera comprender cuan podrido debería estar ese hombre por dentro para socabar la pureza de un cuerpo que vió la vida mediante una parte de sí mismo, yo era completamente incapaz de respirar correctamente mientras dirigía el auto en dirección a nuestro destino, era imposible no querer vergarme hasta que no quedara nada de la existencia de semejante monstruo.

Erick no volvió a hablar y durante los treinta y tres minutos que duró el viaje, el único sonido fue el de mi respiración descompazada y sus sollozos bajos, dentro del auto reinaba el dolor, la rabia, la impotencia de no haberlo sabido antes y por sobre todo, el amor porque yo amaba a mi pequeño más de lo que había amado a cualquiera en mi vida y eso me incluía, yo no era ni la mitad de importante de lo que él si era para mí y por supuesto que iba a encargarme de hacer de sus días, una experiencia nueva, mágica y pura. Me engargaré de borrar con besos todo rastro de golpes y abusos, me encargaré de borrar con devoción, cada recuerdo oscuro que habite en su mente.

-Estamos acá, gatito. -Hablo bajito para él mientras volteo a verlo, cuando sus ojos me miran y veo las lágrimas colgando de sus pestañas, tengo que poner mucho de mi parte para no caer, me necesita fuerte.

-¿Acá es? -Sonríe cortito mientras mira por la ventana y se que en otro momento, habría sonreido más pero al menos logro que cuando vuelve sus ojitos a mí, ese brillo pequeño de felicidad por la vista, me devuelva un poco de la paz que necesito.

-Si...¿Te gusta?

-Es muy lindo, Joel, gracias por tanto.

-Es solo parte de lo que te mereces, bebé. Pondría el mundo de cabeza solo por verte sonreir. -Y entonces lo hace, sonríe de verdad y aunque quiere llorar, se que está intentando mucho estar bien para mí y me lo demuestra cuando suelta su cinturón y se acerca a mis labios.

-Mis mejores sonrisas, siempre son cuando pienso en tí. -Es un susurro de voz y mi cuerpo entero siente la necesidad de aferrarme al suyo pero no quiero que esto sea solo una noche de sexo sin restricciones, quiero que sea una noche en la que cuando le haga el amor bajo las estrellas, nuestras almas se conecten de la manera más pura.

-Te amo, gatito. -Dejo un pequeño beso en sus labios rosa y espero por su respuesta que llega pronto.

-Te amo mucho, brocolito.

-Ahora vamos, son casi las ocho y seguro que no has comido nada en todo el día, por eso estás flaco. Ahora vamos a ducharnos y después a cenar. -Hablo separándome un poco de él, realmente ya quiero que entremos a la cabaña porque muero por quitarme los restos de sangre de los golpes.

-Está bien, brocolito.

Bajamos del auto en silencio, él lleva su mochila y yo paso por el maletero a sacar el bolso que preparé para ambos, vamos a estar hasta el domingo y él me dejó encargado de organizar nuestras cosas. Por lo general siempre es Erick quien lo hace, es mucho más detallista y organizado pero creo que lo hice bien, tampoco es muy difícil guardar ropa que ya fue seleccionada y doblada por sus manitos. Caminamos juntos hasta la puerta de entrada y marco el código que la abre para que pase primero, se que le gusta por la forma en que sus ojos escanean el lugar, lo entiendo, es su primera vez acá y realmente es hermosa.

-¿Te gusta?

-Es preciosa, Joel. Me encanta, realmente es muy linda. -Sus ojos se achinan al sonreir y una vez más agradezco que poco a poco sea el chico del que me enamoré.

-Te va a gustar más la vista desde la habitación.

-¿Es linda?

-Es la mejor, ven...quiero que la veas.

Tomo su mano y subo por las pequeñas escaleras de madera que nos conducen hasta el segundo piso, la cabaña es de nuestra familia y ha permanecido así por largos años, según papá, este fue el lugar donde mis abuelos tuvieron su Luna de miel, en aquellos tiempos, esta zona era de alquiler, las personas rentaban por períodos cortos de tiempo durante el verano y cuando abuelo y abuela se casaron, esta cabaña fue la que los acogió en su primera vez juntos, siempre me pareció una historia tonta pero ahora que tengo a Erick conmigo, mirando la mágica vista de la playa desde el ventanal de cristal, entiendo perfectamente el significado de este lugar. Es simplemente único, cálido y apartado, lleno de sonidos de la naturaleza y aire limpio, es en pocas palabras, un nido de amor en el que quiero tenerlo a él, lejos de todo aquello que le ha hecho daño.

-¡Wow! Joel...esto es...¡Oh Dios! Es tan perfecto. -Definitivamente lo es pero solo porque está él aquí.

-Te dije que te gustaría. -Camino hacia él y me pego a su espalda tomando su cintura, desde acá ambos estamos de frente a la playa y podemos disfrutar de la hermosa vista que tenemos a solo pasos.

-La amo, no me imagino despertar mañana y estar contigo en esa cama mientras el Sol se asoma. Muero de ganas por tener esa imagen. -Voltea riendo hacia mí y se que ha notado lo que estoy haciendo porque sus ojos se llenan de lágrimas antes de que hable.

-Quiero prometerte a la luz de esta Luna, que voy a amarte por encima de todas las cosas, voy a estar a tu lado cuando más te haga falta y no voy a irme aunque quieras dejarme. Gracias por darle sentido a mi vida y por enseñarme a amar en colores, en tus colores. Eres mucho más de lo que merezco y tal vez nunca sea suficiente para tí pero voy a esforzarme para que sientas día a día en tu pecho, lo que causas en el mío. Te amo gatito y si ahora dices que sí, me harás el hombre más feliz del planeta. ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

 ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Walls ll JoerickWhere stories live. Discover now