-Eso es todo, en los próximos días se comunicará el resultado, mientras tanto debemos seguir trabajando en esto. Deben saber que es importante, uno de los proyectos más grandes y nada, absolutamente nada puede salir mal.
Los presentes asintieron conformes y me alivié mucho al mirar el rostro de papá, estaba complacido y podía notar el toque de orgullo en sus ojos. Habíamos estado trabajando muy duro por un proyecto grande que constaba de un vecindario futuro en un área poco urbanisada a las afueras de la ciudad, dicho proyecto contaría con más de doscientos nuevos inmuebles y eso definitivamente era un beneficio directo a nuestro bolsillo, por eso cuando se presentó la oportunidad de competir contra dos empresas más por ello, papá y yo estuvimos de acuerdo en trabajar incansablemente hasta conseguirlo. Quedaba muy poco para saber si podríamos adueñarnos del proyecto pero teníamos mucha confianza.
-Lo hiciste bien, lo hiciste muy bien. -Una vez que la sala de reuniones quedó vacía, papá y yo caminamos rumbo a la salida, era viernes y fue una semana larga, necesitaba descansar.
-Gracias, creo que lo vamos a lograr, tengo mucha fe. -Mi respuesta fue sincera, me daba mucha tranquilidad saber que mi padre confiaba en el buen trabajo que estaba haciendo.
-Claro que si y será tu mérito, te has esforzado muchísimo en este proyecto.
-Gracias papá. -Sonreí agradecido, era consciente de la pequeña brecha que se abrió entre nosotros cuando supo que engañé a Erick pero gracias a Dios comprendió que yo estaba más que arrepentido.
-¿Qué te parece si vamos a cenar?
-Me parece bien. -Hablé mientras me sentaba en el copiloto del auto de papá, no nos haría mal una cena rica fuera de casa. A decir verdad, la presencia de Erick era asfixiante, lo amaba tan desesperadamente que no podía simplemente verlo y no tocarlo, no intentar hacer todo por él, por recuperarlo pero le había prometido que iba a dejarlo en paz porque entendía que eso era lo que él deseaba.
-Le diré a Daysi que nos encuentre en el restaurant de siempre, le hará bien a Erick salir de casa. -Su tono fue comedido, suave y completamente sugestivo.
-Papá...
-Joel, somos una familia y ambos se mueren por el otro. Erick lleva ya un mes acá, va siendo tiempo de que puedan comportarse como personas civilizadas. Se que le prometiste no molestarlo y lo has hecho bien pero tal vez él si quiere que lo hagas.
-¿A qué te refieres? Erick no quiere, papá, no quiere saber de mí.
-No es lo que yo pienso.
-Pues deberías cambiar entonces el pensamiento, él no siente nada por mí y se nota. -La amargura filtrándose por cada pequeño espacio de mi alma, me dolía tanto aceptar que mi bebé no me amaba pero tenía que ser fuerte.
-Como sea, vamos a cenar los cuatro juntos.
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