02

1.5K 190 122
                                    

Finalmente terminaron. Sentían mucho placer al estar junto al cuerpo desnudo del otro en el mismo futón, pues Dazai no tenía camas ni dinero para comprarlas. Pero eso no impedía que no hubieran disfrutado aquel acto después de casi dos años sin hacerlo con nadie.

- Lo hiciste bien, Dazai. Amo oírte gemir mientras pronuncias mi nombre...

Calló de inmediato, dándose media vuelta y poniéndose a espaldas del contrario. Dazai sonrió.

- Hmm, así que Chūya ama algo de mí... ¿Qué te parece un pequeño bebé, o mejor dicho, dos pequeños bebés míos y de Chūya? También deberías amar...

- ¡No me jodas, Dazai! ¡Sólo me es más placentero oírte sufrir! Al rato te tomas esa pastilla Anti niños, porque yo no pienso formar una familia con un bastardo como tú.

Dazai entró a modo juguetón. Se acercó al pelirrojo, y lo abrazó por detrás, por su cintura, de manera repentina, mientras recargaba su cabeza en la espalda del ejecutivo.

- No quiero.

- ¡¡Entonces no vengas a mí para que te ayude con el mocoso, si es que lo tienes!!

- Tampoco quiero. Las probabilidades de quedar embarazado son muy bajas, Chūya. Eso no me preocupa. Me preocupa que no estés interesado en los niños, cuando sé que me amas.

- ¡¡¿Amarte, yo a tí?!! ¡Te equivocas! ¡Eso nunca será!

- Yo te amo, Chūya. Pero parece que no quieres que las cosas entre los dos vayan con seriedad. Puedes irte, si vuelves a sentirte urgido sólo ven a mí. Pero te advierto que si vas con alguien más, nunca te aceptaré otra vez.

Se levantó del futón, y fue hacia el cuarto de baño, dejando solo e indignado a Chūya.

Después de un rato, Chūya seguía en casa de Dazai. Se había dado un baño para sentirse limpio, mientras que el castaño atendía al bebé más pequeño que lloraba en la otra habitación.

- ¡Mi Sushito! ¿Qué sucedió? ¿Por qué lloras, bebé?

Lo revisaba preocupado, cuando miró que Ryūnosuke señalaba con su dedito índice a un escorpión entre el cobertor de Atsushi, ocultándose en el mismo futón. Atsushi lloraba con fuerza y empezaba a sentir su lengua entumecida. Su llanto se volvió extraño, y su carita colorada, mientras apretaba sus puños aferrándose a Dazai.

- Mami, esho picó a Sushi.

Avisó Ryū, muy sorprendido por lo que había pasado.

El joven del vendaje se asustó y su preocupación era mucho mayor que antes. Mató al peligroso animal.

Tomó la bolsa con cosas básicas e indispensables de Atsushi, y su identificación de hospital, lo más rápido que pudo. Aunque quizás llegaría a una clínica cercana al ver que Atsushi estaba teniendo temblores.

- Mami, ¿Dónde vash?

El azabache lo siguió hasta la puerta de la habitación, donde Dazai le impidió salir.

- Llevaré a tu hermanito al hospital.

Respondió serio. Ryū creía que iba a quedarse solo cuando...

ENAMORADO DE UN IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora