12

741 90 26
                                    

Era de noche.
Mori se había trasladado con Dazai y los niños a la casa de Fukuzawa, pues vivirían como una familia a partir de ese reencuentro, con Ranpo también.

Era su primera noche durmiendo en un lugar completamente diferente. Había dos camas y una cuna que recientemente compraron para Atsushi o Ryū.

Ranpo, Dazai y los más pequeños compartirían habitación. Para el joven detective no había ningún problema, al contrario, estaba emocionado de tener una familia en su dormitorio.

Se divertía jugando con los cochecitos de Atsushi y con Atsushi sobre su cama. El bebé albino se divertía mucho con su tío. Ranpo era felicidad teniendo sobrinos y un hermano menor.

— ¡Tío, tío! Mushi-cacocochecami-noallibatoyonivate...

Después de eso, Atsushi balbuceó palabras inaudibles para los demás. El detective sonrió.

— Hermanito, ¿qué es lo que el bebé dijo? No puedo entenderle mucho.

Preguntó sonriendo, acariciando la cabeza de Atsushi de manera tierna y cariñosa.

— Diga lo que diga, tú sólo sigue sonriendo si se ve feliz y dile que sí. Yo tampoco comprendo bien las palabras de Atsushito.

Dazai tenía en su regazo a Ryū, recostado forzosamente sobre una almohada mientras le daba leche con su biberón.

Después de haber sido víctima de un intento de asesinato de parte de Chūya, Ryū se siente muy temeroso al estar acostado. Cree tener la sensación de que alguien va a aplastarlo desde arriba y le faltará el oxígeno.

Soltaba el llanto cada vez que recordaba aquello. De nuevo, apartó el biberón empujando con sus manitas y piernas, y su gesto era triste, empezaba a derramar lágrimas.

— Bebé Ryūnosuke... ¿Se sentirá mal?

Ranpo se preocupaba, aunque ese niño no llevara la sangre de ninguno de los dos.

El bebé azabache se esforzaba por mantenerse sentado. No quería sentir nada en su espalda y mucho menos en su rostro. Fue ahí donde una extraña fobia se originó: miedo a dormir.

— Ranpo, Chūya le hizo mucho daño a Ryū. Él es su verdadero padre pero no está interesado. Nunca lo estuvo. Yo no puedo permitir que ese idiota se le acerque a mi bebé.

Dazai recargó a Ryū en él y en uno de sus hombros, dándole palmadas ligeras para arrullarlo, aunque estuviera casi de pie. De ese modo, Ryū se sentiría más tranquilo que estando acostado.

El ojigris pronto dejaba de llorar.

— Ryū, mi niño. Puedes dormir acostado. Yo te cuidaré. Vamos...

Acomodaba a un soñoliento Ryūnosuke sobre la cama, muy al centro para evitar caídas.

— Mami... No quiello a papi... Papi esh muh malo...

Murmuró antes de quedarse dormido. Ambos hermanos (Osamu y Ranpo) sintieron un dolor en su pecho al escuchar esas palabras tan desmotivantes. Un niño pequeño ya le teme a la vida y ya era capaz de "odiar". Su pequeño y nuevo corazoncito ya estaba destrozado y de manera cruel.

— No volverás a ver a Chūya, mi Ryū. Él no te merece. Tú eres mucho para él.

— Eres un buen padre, hermanito. Mientras estén en mi dormitorio, yo te ayudaré con cualquiera de los dos niños cuando lo necesites.

— Gracias... Ranpo, a mí... en verdad me gusta Chūya, pero estoy muy lastimado por lo que hizo con Ryū desde su nacimiento. ¿Crees que está bien alejarse un tiempo?

💖

Por otro lado, Chūya no podía conciliar el sueño recordando lo que hizo: intento de asesinato a su primer hijo. Estaba arrepentido.

Esa escena daba vueltas en su cabeza. No lo dejaba dormir. No estaba en su sano juicio y era algo preocupante. Debía atenderse lo más rápido posible para no volver a causar daño a quien más lo quería, a ese niño que le dió amor incondicional pese a sus diferencias.

Atsushi siendo un bebé más pequeño desconocía mucho de lo que sucedía a su alrededor, pero Ryū... Ryūnosuke sabía expresar sus sentimientos y llegó a querer mucho a Chūya como su padre sin saber que en verdad lo era.

— Yo... Espero que la ayuda del papá de Dazai me sirva. No quiero seguir viviendo de esta manera... Tengo que aceptar mejor a Ryūnosuke y darle mucho amor, al igual que a Atsushi. Ellos...me necesitan... Y yo a ellos y a Dazai.

💖

Al día siguiente quedaron de encontrarse para hablar más a profundidad de la verdad sobre Ryū y el pasado de Chūya. Era complicado, pero debían saber cómo enfrentar la situación aunque difícilmente volverían a estar juntos como pareja.

— Chūya. Creí que no vendrías.

Dijo serio, tomando un sorbo de su taza de café.

— Dazai. Necesito que me escuches, yo...

— Te escucharé, Chūya. ¿Por qué tiraste al basurero a mi bebé Ryū siendo tan chiquito, inocente e indefenso? Es un bebé, y era tu bebé, era tu hijo, Chūya.

— "¿Era?"

Rió nervioso.

— Es mi hijo, Dazai. Ryūnosuke y Atsushi, ambos son hijos míos, llevan mi sangre.

Dazai se mantenía serio.

— No, Chūya. Yo soy el único que tiene todos los derechos sobre ambos. Nadie más y mucho menos tú, podrá tener esos derechos después de lo que pasó. Ryū y Atsushito, nunca te pertenecieron. Tómate un tiempo, ve a tus terapias, y si cambias, quizá puedes volverte a ganar el amor de Ryū, pero lo veo imposible. Mi niño está muy lastimado y generó traumas por tu culpa.

Era más su enojo y las palabras salían solas. Aunque en un principio pensó en tener un poco más de tacto.


Fue corto, lo sé...

Tendré un especial de Navidad. Anuncio en mi tablero.

ENAMORADO DE UN IDIOTAWhere stories live. Discover now