Escenarios 2 (Eren Jaeger X Lectora)

Cuando no se llevan bien

—Eres patético, Eren.

—Soy humano y tú eres una bruja miserable.

Eren y yo nos follamos tan duro que terminamos odiándonos. Él tenía demasiada razón, era toda mi culpa. Sin embargo era orgullosa y estúpida, si a eso sumamos una terquedad que rivalizaba con la de Eren el mismo caos se quedaba corto. Pero Eren no me perdonó mis faltas y terminé enojándome más por ello. Ahora, en nuestro último año de preparatoria el odio que sentía  por mi me había tocado al punto que también empecé a odiarlo.

En el receso de clases me quedé en el aula jugando con el celular, sin embargo Levi el tipo de limpieza me echó a patadas del salón, no tuve más remedio que salir.
Caminé por los pasillos con la mirada fija en el celular, en medio de una partida interesante una voz tuvo que interrumpirme.

—(...), ven ¡corre!

—¿Qué ocurre, Sasha?

—Es Eren, se está peleando.

—¿Y a mí qué?

—Creí que querías ver al tipo que más odiabas siendo golpeado por otro.

—¿Qué clase de persona crees que soy, Sasha? Soy una pacifista.

—Ya pero tampoco me mires así, das miedo.

Eren Jaeger peleándose no era ninguna novedad era lo de todos los días, sin embargo parecía que esta vez el director Erwin se había enojado de verdad, a él y a Reiner terminaron expulsándolos por quien sabe cuando tiempo. Para mí era satisfactorio no tener que verle la cara a Eren por algún tiempo.

De regreso a casa caminé junto con Sasha, Jean  y Connie, nos despedimos tomando cada quien su camino final. Llegué hasta mi casa y en la sala me topé con una visita inesperada.

—He llegado.

—Bienvenida, (...).

Al lado de mi madre estaba Carla Jaeger, la madre de Eren.

Madre:—(...), Ven a saludar a la señora Carla, ¿Te acuerdas de ella, verdad? Es la madre de Eren.

—Hola señora, cuánto tiempo.

Carla:—(...), ¡Que grande estas!

La visita de la señora Carla no fue para charlar con mi madre, su objetivo era hablar conmigo, me dolió la cabeza de imaginarme ya cual era su petición.

Carla:—Por favor (...), Eren está rebelde. Puede reprobar el año, no quiero que lo pierda por eso he venido a pedirte que lo ayudes en sus estudios.

—¿A Eren?

—Así es, últimamente los padres de Armin le prohibieron que se junten con Eren por la fama de problemático de mi hijo, necesito que lo ayudes.

—Por mi bien pero ya sabe,  no creo que a él le agrade la idea.

—Tranquila, si tú me dices que sí Eren vendrá a pedir tu ayuda con todo el gusto del mundo, te lo aseguro.

Sí claro,  de lejos se notaba que lo iba a forzar, de todos modos ¿Cómo podría negarme a la señora Carla?

Los días en los cuales Eren estuvo suspendido iba a mi casa  o yo pasaba por la suya luego de que llegara de clases, nos sentábamos a estudiar.
El primer día fui yo quien fue a su casa, el padre de Eren nos preparó su estudio para que ambos pudiéramos estar tranquilos sin interrupciones. Cuando entré al estudio Eren me esperaba sin disimular el enojo y frustración por mi presencia.

—Buenas tardes, Eren.

—Buenas tardes, bruja.

—¡Ay  Ya Eren! Estamos grande para  esos apodos.