Escenarios 2 (Eren Jaeger X Lectora)

Buscando a (...) 3

La mirada de Eren sobre (...) era curiosa, estaba muy quieto.

—Oye—Habló ya algo incómoda—Devuélvemelo.

Eren no lo hizo, caminó ignorándola y se acercó al vehículo, pudo apreciarlos, el vehículo tenía los cristales  al descubierto. El niño parecía estar dormido con un dedo en su boca y la niña se veía algo inquieta.

Eren se acercó hasta la puerta, mirando con tranquilidad a la criatura le dijo:—¡Hey!

La niña volteó hacia aquel hombre, ya lo había visto antes pero en otras facetas más tenebrosas que aún guardaba en su absorbente memoria.

—¿Es tuyo?—Le preguntaba Eren con amabilidad. La niña afirmó con la cabeza y Eren se lo pasó de inmediato. Tan pronto lo sostuvo en sus manos la niña lo abrazó como si fuera un objeto demasiado precioso.

—Soy Eren...es un placer conocer a una niña tan bonita como tú...

—Mi mamá dice que eres malo—Sentenció la criatura. Y Eren se quedó en silencio, volteó a ver a (...) con un tic en el ojo.

(...) los ignoró, caminó como si nada e intentó abrir la puerta del vehículo para marcharse.

—(...) ya basta—La detuvo—Hablemos.

—Contigo no se habla, se discute y no tengo intenciones de discutir contigo.

— Es un tema delicado, quisiera discutirlo a solas contigo.

(...) suspiró y miró al cielo, se dirigió hacia el hombre y sin ningún reparo le dijo:—¿Qué es lo que quieres, Eren? ¿Acaso no te das cuenta? Estamos muy bien sin ti.

—No puedes quitarme el derecho y lo sabes muy bien.

—Los derechos los perdiste cuando falsificaron la prueba y lo sabes bien.

—No fui yo.

—Pero tampoco querías. ¿Por qué quieres ahora?

Eren se quedó en silencio, su mirada desesperada no podía explicar la razón, ¿Pero qué acaso no es lógico? ¿No eran lógicas esas ganas desmesuradas que tenía por proteger a esos pequeños y ser parte de sus vidas? ¿No era racional ese deseo de sentirse morir si dejaba que se marcharan sin más? ¿Qué acaso no es normal que un padre se sienta desesperado por no saber de sus hijos? Incluso si hasta hace poco los conocías, eran suyos, eran la parte de él que juraría en aquel momento eran las más valiosas.

—Son míos, los quiero...los necesito...por favor—Se suavizó inesperadamente—Déjame conocerlos...

(...) miró hacia sus hijos. La niña fingía jugar con el juguete pero ella era más que consciente que la astuta pequeña se estaba tirando el drama por completo, el niño por otro lado se despertaba con una tierna baba que le recorría.

Quería ser desgraciada, quería mandarlo al diablo, quería verlo sufrir, quería que Eren sufriera, le gustó verlo triste, pero  incluso por encima de esos deseos inmudamente humanos ella era madre, una que quería lo mejor para sus hijos. ¿Cómo podría ella negarle a sus hijos el derecho que la vida misma les había concedido?

—Bien—(...) miró a Eren a los ojos—Quiero  manutención.

—Gracias—Le dijo Eren con una sonrisa. Al verlo sonreír sintió ganas de matarlo pero no podía ser tan injusta, aquello era lo mejor. Después de todo si un hombre te agradece después de que le digas que debe pagar manutención es buena señal.