Hermosamente repugnante (+18)

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Era lindo y por eso todos lo amaban. Si Eren Jaeger no fuera tan atractivo sería el tipo más odiado de toda la universidad, pero como es lindo, su apariencia justifica toda la crueldad para la sociedad. Y es que no lo soportaba. Era insensible e inoportuno, cruel e injusto, creía tener siempre la razón, incluso cuando no la tenía, discutir con Jaeger era la mayor pérdida de tiempo.

Ni me agradaba, tenía muchas características que me hacían odiarlo y la más justificada era que me gustaba, ¿Cómo podía a mí gustarme alguien así? No lo sé, pero aún así no podía sacarlo de mi cabeza y eso que jamás lo reconocería, tan siquiera me he idealizado con él, porque  él es una mala persona.

Sentada en una mesa a solas en la cafetería vi a alguien venir, era una chica con dos coletas, vestida completa de negro y un semblante de timidez.

—Hola—Me dijo acercándose—Soy nueva y..eh, estoy buscando esta aula—Me mostró una hoja.

—Claro, es justo en el edificio del lado, si quieres te acompaño.

—¿En serio? Te lo agradecería muchísimo.

Yo fui nueva una vez, por supuesto que me sentí identificada, la muchacha gótica se hacía llamar Mikasa, parecía buena gente y lo era.
Tuvimos que hacernos amigas por regla general, porque yo fui su guía y orientadora, era una muchacha tímida que despertaba mis más profundas ganas por protegerla, claro...hasta descubrir que quien necesitaba protección era aquel que se metiera con ella, practicaba boxeo y tenía una fuerza inhumana, era una amiga genial.

Una tarde en su casa charlábamos de cosas sin importancia cuando su puerta hacía un llamado, ella se levantó a abrir y acercándose a mí venía con un tipo que bien conocía. Mis piernas tambalearon injustamente y fingiendo no estar asombrada me mantuve en silencio.

—(...)—Me miraba Mikasa—Él es Eren, mi amigo de infancia. Va a nuestra misma universidad, a lo mejor ya lo has visto.

¿Que si lo había visto? Hasta en mis sueños más húmedos.

—Hola—Hablé con normalidad.

—Hola—Respondió de la misma manera.

Mikasa:—No te esperaba hoy, Eren.

Eren:—¿Lo olvidaste? Hoy vamos al cine, Armin está en camino.

Mikasa:—¡Ah! Lo había olvidado.

Eren:—Pero por lo visto—Dice mirando hacia donde estoy—Estás ocupada.

—Yo ya me voy—Me apresuré a ponerme de pie—Pueden seguir con sus planes—Tomaba mis cosas de inmediato.

Mikasa:—¿No puede (...) venir con nosotros?

Me paré en seco, Eren me miró en silencio y me enojé.

—No es necesario, tengo cosas que hacer.

Eren:—Ya escuchaste, ella no puede venir con nosotros.

Y me pareció una grosería, y lo odié mucho más.

De camino a mi casa estuve armando una conversación con Mikasa de como me expresaría del rastrero indecente de su amigo.

Al día siguiente en la universidad, me mantuve sentada esperando una clase en un banco en silencio, con los audífonos en mis orejas y la música al tope, imaginándome como la cantante y bailando únicamente en mi imaginación.

Me espanté de inmediato al descubrir una mano en mi hombro, al voltearme vi al indeseable ser humano. Me quité un audífono y él me miraba con una ligera molestia.

—¿Qué quieres?—Le pregunté.

—¿Qué no ves que te estoy hablando?

—Veo muchas fallas en tu lógica. No puedo ver tus palabras de espalda y sobre todo si no las escucho.

Escenarios 2 (Eren Jaeger X Lectora)Onde histórias criam vida. Descubra agora