Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
Romanos 1:2816 de agosto
23:21 pm
Mis mejillas húmedas hacen que mis cabellos se peguen a mi rostro de tal forma que apenas veo los árboles en la oscuridad. El dolor abdominal me recuerda que esta pesadilla es real. Aquel monstruo acaba de destrozarme el alma.
Mis pies arden por las ramas bajas que rasgan sin piedad mi piel. Estoy descalza. Tropiezo. Caigo. Mi respiración me impide escuchar si alguien se acerca.
El recuerdo me asquea. Las manos de ese ser sobre mí y sus besos sobre mi cuerpo. Mis súplicas fueron en vano. Nada ha funcionado.
Sollozo sin cesar de temblar. Me llevo una mano a los labios. No quiero hacer ruido. Mi abdomen duele. Sus palabras se clavan en mi mente como clavos.
—Disfrutalo gatita. Te gusta, yo lo sé. —había dicho.
Me estremezco. Giro mi cabeza hacia ambos lados vigilante. No hay nadie.
El restaurante en el que he cenado está a minutos, pero no volveré. Tengo miedo. Él estuvo allí.
Los árboles ocultan la luz lunar, pero por fin mis ojos se acostumbran a la oscuridad. Quiero levantarme, pero me mareo. Me arden las plantas de los pies. Me siento y apoyo mi espalda en un tronco. Solo quiero estar en casa.
Las lágrimas caen una vez más. Mi cerebro repite una y otra vez como me ha subido el vestido. Mi voz implorante no sirvió de nada. Bajo todo lo que puedo la tela negra para cubrirme del frío de la noche que congela mi piel. Me abrazo a mi misma.
Si vuelve, estoy perdida.
Recuerdo las noticias como un augurio aterrador. Tras abusar de ellas, las mataba. No sé hasta dónde puede llegar ese monstruo. El recuerdo de cómo abrió la puerta del coche y me echó fuera cuando estuvo satisfecho, me abisma . Me trató como a un objeto, un desecho.
La humillación cala mis huesos, pero el temor a que se haya arrepentido y quiera buscarme, es más fuerte.
Escucho pisadas.Me escondo todo lo que puedo tras un árbol . Me tapo la boca para no gritar. Las lágrimas nublan mi visión. Los pasos se acercan. Camina hacia mí. El dolor de cabeza me tortura. Tengo los ojos bien abiertos y no respiro.
—Soy yo, Ashley. ¿Dónde estás?
Imagen de Ashley
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Efecto de Recencia © ✔︎ 2.5 (Élite 2)
RomanceToda la sociedad conservadora odia a Ashley. No pueden olvidar el escandaloso vídeo viral. Su libertinaje es criticado en público y envidiado en secreto. Cuando Víctor le propone fingir una relación por diversas circunstancias, Ashley no puede creer...