Capítulo 30 : Oportunidad ❤︎

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Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Salmos 86:11

Estoy paralizada

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Estoy paralizada. Mis manos tiemblan y todos los recuerdos se agolpan con intensidad. Sollozo.

-Por favor ...-suplica. Su expresión de rabia se sustituye por una de impotencia. Sus manos agarran mis hombros.

—No insistas

Me suelta. Se lleva las manos a la cabeza con frustración.

—¿¡Como no me lo contaste antes!? ¡Has vivido todo esto sola! 

—No podía contártelo

—¡Yo estoy aquí para ti!

—No estabas

—¿Cuando ocurrió?

—El día del bosque...

La angustia en su rostro me destroza. Esta completamente descompuesto. Tiemblo al recordar lo que ocurrió ese día. Un breve recuerdo de su abrazo llega. No puedo ni hablar.

—No ...no. Yo tenía que haber estado contigo.Jamás hubiese ocurrido si yo...

Su expresión desoladora contrajo mi corazón. Una lágrima corre por su mejilla roja. A esta le siguen otras dos que limpia con rapidez.

—Lo siento tanto... No debí haber sido tan estúpido.

—No lo causaste.

Se acerca a mí llevándose una mano a la frente con impotencia.

—No lo evité ¡dios! Ash perdoname. No hago nada bien. Lo he intentado todo y aún así he fracasado

Se separa de mí y se sienta en el suelo. Apoya sus codos en sus rodillas con la cabeza agachada. Me agacho junto a él y coloco mi cabeza en su hombro. Para mí no ha fracasado. Solloza. Me muerdo el  labio. Él no tiene la culpa. Busco su mano y entrelazo nuestros dedos.

—Lo siento tanto...— susurra con la voz rota.

No sé que decir. Solo quiero estar aquí con él. Y olvidar lo que pasó para siempre. Olvidar todo mi pasado. Mis malas decisiones. Mis mejillas se llenan de lágrimas pero no me preocupo por limpiarlas.

No hablamos. No sé que piensa, pero aprieta mi mano con fuerza. Cierro los ojos y mi corazón se desacelera. El peso en mi cuerpo ha desaparecido. Por fin  se lo he  confesado a alguien. El nido en mi mente se ha esfumado.

—Era obvio. No puedo crear un buen hogar si jamás tuve uno

Separo mi cabeza de su hombro y busco su mirada. Sus palabras taladran mi mente.

—Mirame

—Ashley. Debo darte asco. Después de todo lo que te dije... Yo no sabía que...

—Mirame

Efecto de Recencia © ✔︎ 2.5 (Élite 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora