Toda la sociedad conservadora odia a Ashley. No pueden olvidar el escandaloso vídeo viral. Su libertinaje es criticado en público y envidiado en secreto.
Cuando Víctor le propone fingir una relación por diversas circunstancias, Ashley no puede creer...
*** Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios,O alzado nuestras manos a dios ajeno, ¿No demandaría Dios esto?Porque él conoce los secretos del corazón. Salmos 44:20-21
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3 de octubre
01:14 am
Grito tras despertarme de una pesadilla recurrente. Todas comienzan con oscuridad, continúan conmigo huyendo y terminaban con el llanto intenso de un bebé. Un llanto que me estremece y me llega al alma.
Mañana tengo cita en la clínica, pero no puedo negar que las dudas me asaltan constantemente, al igual que la mirada de Víctor y su voz. Es cierto que podría arrepentirme más adelante, aunque no entiendo de qué exactamente, ¿de "matarlo"? ¿De no cuidar un bebé? ¿ De ocultárselo a mi padre?
Realmente nunca me han gustado los niños. No soy buena con ellos.
Quizás hay otra solución.
Seco el sudor de mi frente con el dorso de mi mano. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Me giro al lado izquierdo y tiemblo. Luego al derecho. Doy casi una vuelta completa pero no encuentro la posición ideal. Deseo gritar de frustración.
Miro mi teléfono. Las 3:20. En un impulso absurdo llamo al pelirrojo. Me odiara, pero es el único que sabe lo que me ocurre.
El teléfono suena tres veces y responde tras un bostezo.
—¿Qué quieres? Dijiste que no volverías a hablarme —dice con voz pastosa. Escucho otro bostezo.
—Yo...
—¿Pasa algo? ¿Estás bien? —su tono cambia a uno preocupado. Puedo imaginarlo sentándose en la cama.
—¿Estás con alguien?
—Estoy en casa y mañana madrugo. No hay nadie conmigo ¿A qué viene esa pregunta? —parece molesto, pero lo conozco demasiado bien, no lo está.
—Mañana quedamos a las cinco en el centro de la ciudad. Al lado de Gucci.
