Capítulo 29: confesión ❤︎

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VOLVIIIII LUCECITAAS DE CRISTOOOOO
, estuve mucho desaparecida pero tengo buenas excusas : exámenes de la uní y organizar lo que ocurrirá en SGL3 con Sam y Sharon. ( en breve anunciaré cuando comienza)
Dicho esto...
A leer 💜

***
Amo a Jehová, pues ha oídoMi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído;Por tanto, le invocaré en todos mis días.
Salmos 116:1-2

Al final Sharon se ha salido con la suya

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Al final Sharon se ha salido con la suya. Aquí estoy, en un culto de jóvenes sentada junto a Lexy que canta con pasión e ilusión.

Sharon sostiene un micrófono y canta desde una plataforma que supongo es lo que llaman altar.

Bostezo. El insomnio ha aumentado tras saber que conoceré a mi hija esta semana.
Víctor lo logró. No se cómo lo consiguió pero ha podido hacerlo.

Dejan de cantar y se sientan. Lexy me mira con interés unos segundos para luego volver su vista al frente sin decir nada.

Un joven de no más de treinta años coge el micrófono y comienza a hablar. Supongo que es el sermón. La gente abre sus biblias. Yo no me levanto.

Mis ojos se fijan en el pelirrojo. Está en la primera fila en el lado izquierdo. Recuerdo nuestras risas en la playa y su voz al cantar. Trago saliva al notar mi corazón acelerándose. Los sentimientos son demasiado intensos.
El pelirrojo se da la vuelta un instante y nuestras miradas se conectan. La calma en sus ojos me aturde. Recuerdo como era cuando nos íbamos de fiesta, cuando bailábamos hasta el amanecer y nos emborrachabamos cerca del coma. Nunca fui feliz allí. Sólo creía poder serlo.

Sin embargo él ha cambiado mucho. Y pese a la tristeza que percibo por mi lejanía, se ve mucho mejor que cuando salíamos por la noche. Jamás me lo ha dicho, pero no hace falta. Hay cosas que son tan reales que son percibidas con facilidad. Su paz.

Vuelvo a la realidad cuando veo a Lexy mirarme. Se acaba de sentar. Me remuevo en la silla e intento prestar a atención a lo que dice.

- Amo a Jehová, pues ha oído.Mi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído;Por tanto, le invocaré en todos mis días.
»A veces pensamos que Dios no escucha nuestras oraciones. Y sí lo hace, escucha las oraciones de los corazones que llegan con humildad ante su presencia. Cuando nuestro interior grita él está allí esperando que hablemos con él, cada momento de nuestra vida.
Esta semana leí una frase: hay dos grandes días en la vida de una persona , el día en el que naces y el día que descubres por qué

Efecto de Recencia © ✔︎ 2.5 (Élite 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora