CAPÍTULO 10

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Caminaba, observaba a las personas, unos iban apresurados, otros se detuvian para hablar.

Ya estaba por llegar al Hopital donde se encontraba Wittson. Elli me había llamado, algo cansada pero me dijo insistentemente, que le ayudara llevando algo de ropa para ella y Wittson, ya que ella se encontraba cuidando de él. Había ido a casa de ellos y empaque algo de su ropa y lo necesario, en cuanto a higiene personal.

Ahora me encuentro dentro del hospital preguntando por Wattson.

-Wattson McFallen, esta en la habitación 12, tome de nuevo el ascensor y vaya al piso 6, de ahí gire a la derecha y en ese pasillo se encuentra la habitación en la que se encuentra.- dice la enfermera que me atiende, dándome una sonrisa amable. Le agradezco y me doy la vuelta para tomar el ascensor y poder ir al piso indicado, pero al girar, veo a mi izquierda y reconozco a aquel muchacho sentado en una de las sillas de espera, con la cabeza mirando al techo, y noto que lleva la misma ropa de ayer.  Me detengo a medio paso, quedándome parada ahí viéndolo. Dudo si acercarme o no, pero al final decido que es mejor irme, Elli me necesita y no quiero meterme donde no me llaman, aunque eso no quita mi curiosidad.

Voy  a darme la vuelta y escucho que el me llama.

-Madew...- dice casi en un susurro, su voz hace notar que esta cansado.

Me devuelvo para míralo y puedo ver que tiene unas ojeras y los hombros caídos ya no mira hacia arriba tiene su mirada, aunque opaca y cansada, sobre mi.

-Hola..- me detengo porque no se siquiera su nombre. Él me observa y nota que no se su nombre.
-Airon Lewood. Me llamó Airon.

-¿Se encuentra bien señor Airon?- le digo seria pero a la vez cortes, pero el me mira y sonríe de lado.

-Nada puede estar bien cuando se está en un hospital. ¿No cree señorita Madew?- me dice con algo de ironía.

No se que decirle, por que se que tiene razón así que decido solo dejarlo estar.- ¿Esta usted bien?.

El me observa pero desvía la mirada, pareciera que estuviera dudando si decirme o no, pero al final me da una respuesta.

-Yo lo estoy, en mi salud todo va bien pero, tengo un familiar que no lo está...- se detiene un momento como pensando si debe seguir hablando de lo que pasa con su familiar o tal vez si deba decirme quien es aquel familiar que esta enfermo.

- No se preocupe, no debe decírmelo. Se que soy no más que una camarera, soy una extraña para usted. Esta en su derecho de no querer contar me. - le digo ya que se había tardado unos segundos en responder. Él me mira, y me da una sonrisa de medio lado.

- Se que no nos conocemos de nada. Lo único que se de usted es, donde trabaja y que lee mis notas en las servilletas. Pero eso no quiere decir que no note y observe. - dice esto dándome una pequeña observación de pies a cabeza. -Espero no la asuste pero, soy observador puedo con solo ver lo que las personas pueden ser, es algo más psicológico que nada. Con solo ver su apariencia o su manera de hablar puedo deducir muchas cosas.

- ¿Se supone que eso me haga sentir tranquila? Lo siento, pero me intimida con lo que me dice. - El me mira a los y se levanta del asiento y se acerca estábamos a un metro de distancia ahora, solo a medio metro. No aparta su mirada y no puedo verlo sin sentirme nerviosa, no se lo que pasa pero no puedo mantener mi mirada en él, al menos no por mucho tiempo.

- Se que algo hay en su interior que no deja ver lo que realmente es. - pongo de nuevo mi mirada en él. - No puedo decirle el qué, pero si puedo decirle que su forma fría y seria de hablar solo es un escudo que oculta mucho más. - Mira hacia mis pies. - Sus Zapatos están limpios, puedo ver que le importa el orden y la limpieza. - Levanta de nuevo su mirada y me mira a los ojos - Sus ojos son de un color gris muy hermoso, pero no hay brillo ni expresión en ellos y por el cansancio reflejado en esos aros oscuros alrededor de ellos, puedo ver que no duerme lo suficiente, no sabría decirle el que, pero se que algo le preocupa. Y su vestimenta me dice que trata de vestirse decentemente pero, a la vez que no le importa el que dirán, también busca sentirse cómoda.

Yo solo lo observo asombrada.

¿Cómo rayos sabe todo eso, con tan sólo verme?

Me quedo callada, no sabiendo que decir, pero luego noto que esta demasiado cerca. No tanto pero nuestros pies casi se tocan.

¿En que momento se acerco tanto?

Asi que doy un paso atrás, distanciándome de él. Lo observo tratando de buscar que decirle pero siento que me vibra el celular. Lo busco en mi bolsillo trasero del pantalón y veo que es Elli. Miro hacia el de nuevo y decido que es mejor irme.

- Lo siento... señor Lewood, pero tengo que irme.- digo esto último con un asentimiento de cabeza a modo de despedida y me dirijo al ascensor.

MI ÚNICA EXCEPCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora