CAPITULO 2

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No me siento muy bien, mi cabeza no deja de doler, pero sé que debo ir a trabajar.

Vamos Medow, tienes que levantar tu trasero e irte a trabajar.

Me levanto de la cama y noto que se cae algo. Son las servilletas con frases de... aquel desconocido, las cuales estuve leyendo, en cierta manera intrigada por aquellas palabras tan profundas y melancólicas, toda la noche hasta que me quedé dormida.

Las dobló y las meto en el primer cajón de mi mesita de noche.

Realizó mi rutina de las mañanas para antes de irme a trabajar. Me aseguró que todo este en orden y me dispongo a salir. Miro la hora y noto que voy unos minutos fuera de mi tiempo normal para salir de casa, así que camino/troto para tratar de alcanzar el tiempo perdido.

Al llegar al trabajo me pongo el uniforme, y saludo al jefe de rapidez, pero el me detiene llamándome.

-Señor- digo con algo de timidez y nerviosismo. Nunca he sido buena al socializar o sacar un tema de conversación.

- Tendrás que trabajar unos días en el turno de la noche, quiero empezar a cerrar más tarde, ¿a qué horas es que sales de la Universidad?- dice mirándome con sus ojos entre cerrados, tal vez tratando de el mismo recordar las veces que vengo aquí después de la Universidad y a que horas.

- Salgo los lunes y viernes a las diez y los martes, miércoles y jueves a las siete.- digo algo dudosa.

- Vendrás a trabajar los martes y jueves después de la Universidad la próxima semana, y pondré un letrero para buscarte un compañero.- dice rascándose la barba de chivo que tiene. Me mira.- ¿preguntas?.

No creo que me quede mal,  además solo trabajaré esos días por la noche aparte, tendré la mañana para hacer mis trabajos y dormir un poco más.

- No, no tengo ninguna pregunta, aceptó.- digo en un tono neutral y tranquilo.

-Bien.- levanta su cabeza de un cuaderno en el que apunta todo (Debería tener una computadora) y me mira.- Puedes irte a trabajar. Gracias.- me dice sin levantar la mirada, asiento y me dirijo a las mesas para empezar a limpiarlas.

Escucho que suena la campana que indica que alguien entra. Observo a que mesa se dirige y le sigo para limpiar la mesa y tomar su orden.

(Bueno, a trabajar se dijo)

Ya en la tarde me saludo a Elli y me dirijo a la Universidad. Al salir de ella, como me es habitual, me dirijo a la cafetería.

-Hola Elli- saludo al entrar y ver a la que se ha convertido en amiga, limpiando unas mesas cerca.

-Hola Medow- dice sin levantar la mirada de la mesa.

Al observar el lugar esperando que Eli termine de limpiar noto que el mismo hombre de las servilletas, está sentado en el mismo lugar, pero esta vez sólo come y observa por la ventana.

(¡Has venido de nuevo! ¿Hoy no escribirás?)

Pero, antes de desviar mi mirada hacia Elli de nuevo, noto que saca de su mochila un lápiz y un cuaderno.

- Tierra  llamando a Medow- me dice Eli moviendo sus manos enfrente de mi cara.

No me había dado cuenta de que Eli me llamaba, por estar tan sumergida en mis pensamientos y observando lo a él.

- Lo siento estaba en mis propios pensamientos...- digo con una sonrisa nerviosa con mi mirada en el suelo, avergonzada.

(Espero no se haya dado cuenta de que estaba mirando a aquel  hombre, o me molestara y bueno, Elli no es de las que sabe disimular, para nada.)

MI ÚNICA EXCEPCIÓNOnde as histórias ganham vida. Descobre agora