Medow sentía que ya no tenía esperanza, que todos los que se acercaban a ella acabarían marchándose, y tenía claro que nada era para siempre. Pero todo cambió cuando conoció a aquel chico nostálgico que dejaba frases en servilletas, desechándolas como si no fueran nada. Lo que él no sabía era que esas pequeñas frases podrían devolverle lo que ella creía perdido: ¡la esperanza! Con el tiempo, ella se dio cuenta de que a veces se pueden hacer excepciones, especialmente por el amor y una vida que puede tomar un camino diferente, un camino para finalmente encontrar la paz y la felicidad..