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Siento mi cuerpo estremecerse, algunas ramas chocan contra mí y me hacen leves cortadas, siento sus pasos atrás de mí, los siento cerca y eso me impulsa a seguir corriendo, salto algunas rocas y no me detengo cuando me tropiezo, suelto un gemido d...

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Siento mi cuerpo estremecerse, algunas ramas chocan contra mí y me hacen leves cortadas, siento sus pasos atrás de mí, los siento cerca y eso me impulsa a seguir corriendo, salto algunas rocas y no me detengo cuando me tropiezo, suelto un gemido de dolor cuando mi tobillo se dobla pero no me detengo. Intento gritar, pedir ayuda pero solo logro soltar sollozos, mi garganta duele y siento mi mejilla humedecerse. Saco mi teléfono e intento marcar a alguien, a mi madre, a mi padre pero veo borroso, miro el camino frente a mí y me frustro al no ver el inicio de la calle principal, a mi lado está el lago y escucho algunas risas. Ellos estabas atrás de mí, no me perdían de vista.

Corrí más rápido cuando sentí la presencia de uno de ellos a mi lado, arranco la rama de un árbol y pongo en práctica alguna de mis clases de defensa propia, me paro y le doy un golpe con la rama a uno de ellos, escucho su quejido y sigo corriendo.

No me detengo porque sé que de esto depende mi vida.

Me detengo y miró a mis lados, solo veo árboles y más árboles. Ningún lugar donde pueda acultarme.

Mi respiración es agitada y me obligo a esconderme cuando escucho unas pisadas.

Cerca. Estaban terriblemente cerca. Y yo terriblemente cagada.

Quiero llorar, mis ojos se humedecen y apreto los labios para no soltar un quejido.

Me agacho y encojo detrás de un árbol e intento no hacer ningún ruido. Era lo único que podía hacer para que no vean.

Espero. Siento las pisadas alejarse, puedo volver a respirar, no tuve tiempo de cantar victoria porque me doy vuelta para seguir corriendo y él estaba allí.

Él. Ellos, no sé... no, los demás no estaban.

Pero ví al que estaba agachado cerca de la chica y no sé cómo que lo reconocí en medio de toda la oscuridad, pero era él. Lleno de sangre.

Suelto un grito ahogado cuando se acerca a mí y me toma de los brazos dejándome retenida contra el árbol. Atrapada.

La persona que me había sonreído, la que había dado la orden de atraparme.

Comienzo a sollozar.

─Mira a quién tenemos aquí...

Su piel hace contraste con el brillo de la luna y lo único que alcanzo a distinguir además de su cabello y ojos negros, es una sonrisa tenebrosa con los labios cubiertos de sangre.

─Interrumpiste algo importante, preciosa, ¿qué debería hacer contigo? ─recién me doy cuenta que en su mano lleva una navaja, y lo pasa por mi cabello, mis mejillas.

Siento el filo resbalarse por mi piel, no hace presión para lastimar pero está ahí.

─No, no, no, por favor ─aquello no suena claro.

Entendí que tenía que suplicar por mi vida ellos eran asesinos, habían matado a esa chica y se la estaban... ¿Comiendo? no podía... Yo no quería morir, joder, aún era muy joven.

Mierda, mierda, mierda.

─¿Me estás suplicando? ─Suelta una risita─ ¿Qué tienes para ofrecer?

¿Qué tengo para ofrecer? Dios, había gastado mi dinero en ese estúpido café.

Siento su respiración cerca de mí y me doy cuenta de lo horrible que huele, de lo asqueroso que se ve... Pero una idea cruza por mi mente. Una idea que tal vez pueda sacarme de éste aprieto o... Meterme más a él.

No soy una persona lista, lo pudieron notar desde el principio, pero vamos que esta idea no era tan estúpida, ¿o si?

No lo sopese cuando pasé mis manos por su cuello y lo acerqué a mí, estampé mis labios sobre los suyos y el acto pareció sorprenderle pero no molestarle, no cuando sentí como me empujaba hacia el árbol y pasaba sus manos por mi cintura, abajo de mi chaqueta.

Moví mis labios junto con los de él, él comenzó a acariciar mi espalda y después despegó mis labios, lo entendí, pero la idea hizo que casi vomitara. Él metió su lengua a mi boca y no supe cómo responder a aquello, sé que la mía chocó con la de él de vez en cuando, y abajo sentí sus manos tontear con el borde de mi pantalón, lo sentí acariciar mi espalda y abdomen. El sabor metálico de la sangre me inundó. Hice de todo mi esfuerzo para no soltar una arcada allí mismo.

Cuando sentí que el aire en mis pulmones se acababa, me alejé. Él tenía la respiración agitada al igual que yo pero no pasé por alto la risita que soltó.

─Bien, puedes irte ─dijo.

Tenía que ser una broma, ¿de verdad había funcionado?

Oh, madre santa, quiero vomitar.

Lo miré a los ojos preguntándome si aquello no era una broma, pero había dejado un espacio entre nosotros para que pudiera salir así que sin perder más mi tiempo me alejé pero él entonces aporreó su mano a mi costado, y me encerró contra el árbol.

─Pero acuérdate de esto,  yo te estoy dejando libre, yo te estoy dejando vivir, yo estoy sosteniendo el hilo que te mantiene en vida, no lo olvides hizo a un lado su brazo.

Maldito maníaco.

No quise pensar en lo que significaban sus palabras cuando me di la vuelta y caminé hacia la salida del bosque, palida.

No pude hacer mucho, apenas avancé unos metros la primera arcada llegó, y con ello un llanto feroz.

Qué carajos acaba de pasar...

Miré mi cuerpo y solo sentí asco, eso... eso...

Lloré más fuerte.

Al llegar a casa no hice contacto con mis padres, les avisé de mi llegada mediante un grito y subí las escaleras a mi habitación, me encerré en el baño y vomité. Todo el café terminó en el retrete y aún después de haberlo hecho, las arcadas seguían presentes, cuando vi mi reflejo en el espejo solo sentí pudor.

Alcancé a notar unas manchas de sangre en mi mejilla y tenía rasguños en mis brazos y en mi espalda.

¿Qué demonios...?

¿Debería hablar con la policía? ¿Contarles a mis padres? Necesitaba..., Necesitaba hablar con alguien, pero no, no podía, joder, ellos, él...

¿Qué podían hacerme si enteraban? 

Oh dios, estaba muy jodida.

Me bañé, estuve mucho tiempo en la bañera. Me lavé los dientes, me cambié y me acosté pero no pude dormir, no lo logré. Miré hacia las ventanas y me causó un escalofrío saber que no tenían cortinas e inevitablemente me sentí vigilada.

¿Quiénes eran? Fue una de las tantas preguntas que me hice durante la noche y en mi cabeza solo se repetían una y otra vez las imágenes de ellos sobre esa chica, comiéndola.

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Axavel © [Versión Borrador]Where stories live. Discover now